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30 de mayo de 2008

Jaras del monte mediterráneo

P1090677 Esta imagen es sumamente común para cualquiera que pasee por los campos ibéricos en primavera.

Antes o después, dependiendo del clima o de la altitud, pero no precisamente por requisitos edáficos (al menos, no en todos los casos), aparecen las jaras invadiendo terrenos desbrozados, antropizados, degradados.... pero también como parte del cortejo natural del bosque mediterráneo en la Península Ibérica.

Y es que pocas especies hay más invasivas que las jaras. El Género Cistus es, desde luego, muy diverso, y podemos encontrar especies de jara de muchos colores y características diferentes. Algunas están asociadas a etapas de degradación de encinares, alcornocales u otros bosques mediterráneos. Otras son parte fundamental de sus cortejos florísticos.

Todas ellas son preciosas, llamativas, algunas delicadas, otras espectaculares. He aprovechado un corto paseo por lo que en su momento fueron encinares de la serie luso-extremadurense, en las estribaciones de la Sierra Madrona, al lado del Valle de Alcudia (en mi pueblo, la Estación de Veredas, vaya), para dar cuenta de las jaras que iban apareciendo por el camino.

P1090636La jara pringosa (Cistus ladanifer) es una de las más conocidas. Sus grandes flores blancas tapizan las primaveras del mediterráneo peninsular una vez comienza la primavera, en particular las de los encinares situados sobre suelo ácido, donde se encuentran más cómodas.

Su nombre no da lugar a dudas: segrega una resina (denominada ládano, de ahí lo de ladanifer) que convierte a sus hojas lanceoladas y tallos en pringosos y pegajosos lo que facilita que sus espléndidas flores no sean recogidas por cualquiera y continúen embelleciendo los campos, prácticamente casi todos ellos: la jara pringosa aparece desde un arenal marítimo a un bosque de montaña 1.000 metros por encima del nivel del mar.

El ládano también es aromático, lo que da a los jarales de jara pringosa un olor peculiar pero no desagradable. Sus grandes flores, de cinco pétalos como el resto de Cistáceas, blancas y con una mácula negra en la base duran muy poco tiempo. Pero éste es aprovechado a base de bien por la multitud de insectos que acuden a libar.

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Poco se parecen las enormes flores de la Jara pringosa a las más que modestas florecillas de Tuberaria guttata. Ésta es una de las Cistáceas más pequeñas. Es una plantita anual de flores amarillas con una mácula marrón púrpura que cubre casi la mitad de cada pétalo.

Típicamente mediterránea, florece de marzo a junio pero cada flor lo hace en un periodo muy corto, muy posiblemente de un día. Sus pétalos, al igual que ocurre con el resto de las jaras, caen fácilmente cuando se coge una flor. Como terófito que es, Tuberaria guttata cuenta con una roseta basal dispuesta habitualmente sobre suelo silíceo, ácido, y al sol; no soporta la sombra.

Muy cerca de las Tuberarias encontramos otras dos especies de jara que se alternan en el momento de la floración, al menos en el área manchega mencionada. En este mes de mayo lluvioso ha predominado Cistus crispus, una jarita rastrera de bonitas flores rosadas.

P1090635Esta jara es muy característica, pues es la única entre las ibéricas que tiene las hojas rizadas o crestadas (por eso en alguna guía la denominan Jara crestada). El rosado de sus flores es muy fuerte y carecen prácticamente de pedúnculo. La aparición de este arbusto, a pesar de su belleza, no es bienvenida: los suelos cubiertos por los matorrales bajos y almohadillados de Cistus crispus denuncian etapas muy regresivas de encinares y alcornocales.

Y así es. La mayor parte de jaras crestadas halladas en nuestra visita se sitúan en los bordes de un camino moderadamente transitado a cuyos lados hace mucho tiempo que se sustituyeron las encinas por eucaliptos que sólo han creado problemas.

P1090633Compartiendo espacio con la jarita anterior, pero floreciendo de forma masiva en otros meses, se encuentran las blancas flores de Cistus salvifolius.  Es llamada Jaguarzo morisco o Estepa Negra (lo de los nombres de colores de las jaras tiene su aquel, en esta ocasión no hemos visto a Cistus albidus, la preciosa Jara Estepa blanca de flores suavemente rosadas).

Sus pequeñas hojas oval oblongas son parecidas a las de la salvia, y de ahí su nombre científico. Sus hojas son verdes (blanquecinas en el envés) y llamativamente rugosas. Pero para llamativo el blanco puro de sus pétalos con el centro anaranjado. También es típico de lugares secos y pedregosos, compartiendo espacio con otros matorrales bajos y rastreros como Cistus crispus. Lo cual quiere decir que también es una especie habitual de etapas regresivas de encinares y alcornocales mediterráneos y que florece de abril a junio.

P1090656Y para terminar este corto recorrido (en otra ocasión buscaremos Cistus albidus, Cistus populifolius, Cistus laurifolius o Cistus clusii, también presentes por la zona), cierro con las encantadoras florecillas blancas de Cistus monspeliensis, también llamado Jaguarzo negro.

En este caso, se trata también de un arbusto, pero no rastrero como los anteriores, es un arbusto erecto, ramoso, compacto, muy vistoso y de buen olor. Sus hojillas son lineares, verdes e hirsutas. Presentan inflorescencias de entre 2 y 9 flores blancas y maculadas de amarillo. Es también una jara heliófila y que prefiere suelos ácidos.

Las Cistáceas suelen producir una gran cantidad de semillas pequeñas que germinan en masa cuando el fuego hace acto de presencia, con lo que pasadas las primeras lluvias tras el incendio, se desarrollan rápidamente cubriendo los suelos, protegiéndolos contra la erosión y dando sombra al suelo, creando las condiciones adecuadas para que crezcan otras especies más delicadas del bosque. Aunque este mismo criterio también vale para las etapas regresivas, cuando las características de las jaras las convierten en sumamente invasivas.

No obstante, la gran necesidad de luz de las jaras las hace desaparecer cuando la vegetación arbórea del bosque termina desarrollándose.

24 de mayo de 2008

Te has ido, pero te quedas

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Durante años nos diste amor,cariño, dulzura. La debilidad te hizo fuerte. Y te hiciste más débil cuanta más fuerza nos regalabas a los demás.

Este lunes te fuiste, pero permaneces, tus semillas germinarán en nosotros, quienes tanto te quisimos, quienes tanto te queremos, yaya.

17 de mayo de 2008

Que no son gigantes, sino molinos de viento

P1090620En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

—La ventura va guiando nuestras cosas mejor  de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

—¿Qué gigantes? —dijo Sancho Panza.

—Aquellos que allí ves —respondió su amo—, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.

—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

—Bien parece —respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

P1090616Treinta o cuarenta molinos, dice Don Quijote. El abandono de los molinos de viento supuso a mediados del siglo XX la práctica desaparición de estos iconos manchegos. En el Castillo de Consuegra, en Toledo, hay una curiosa sala que recoge los carteles de las Fiestas de la Rosa del Azafrán (dentro de unas inefables Jornadas de Exaltación Manchega) entre las que destaca ésta de 1969. En ella se ven a los pocos molinos de Consuegra no ya abandonados, sino deteriorados, destruidos, olvidados.

Aunque molinos de mano se conocen desde la prehistoria, los molinos de viento manchegos tal y como los entendemos parece que se construyeron en el siglo XVI. Dice la bibliografía que se fabricaron a raíz de una impresionante sequía que asoló España en la primera mitad del Siglo XVI. Se extendieron y tuvieron su apogeo en siglos posteriores y su declive vino con la aparición de las fábricas de harina. Lo primero que dejaron de fabricar fue la harina para el pan. Aún así, las conocidas gachas manchegas seguían necesitando harina de almorta. La molturación de piensos para el ganado también ocupó el tiempo de los molinos. A mediados de los años cincuenta dejaron de funcionar, quedando hoy la molienda sólo para fiestas o momentos de celebración.

P1090569Como los de la Fiesta de la Rosa del Azafrán. Consuegra (nombre procedente de la Consaburum romana) es un típico pueblecito manchego con sus casas encaladas y calles estrechas. Sólo que Consuegra cuenta con dos atractores turísticos de primer orden: un castillo bastante bien restaurado y un conjunto de molinos espectacular. Hay otros sitios con molinos: Madridejos, Herencia, Campo de Criptana... pero los molinos de Consuegra están sobre la montaña, ofreciendo un paisaje ciertamente impactante.

Llegaron a ser trece los molinos que coronaban el denominado Cerro Calderico, conservándose hoy en día 11.Todos tienen nombres. "Sancho" posee toda la maquinaria del siglo XVI en óptimo estado para su funcionamiento.

Una vez al año, se abren sus ventanas, se orientan las aspas y la maquinaria vuelve a mover la enorme piedra que tritura el grano para convertirlo en harina.

Según la guía turística, el molino denominado "Caballero del Verde Gabán" conserva ediciones del Quijote en diversos idiomas, el "Bolero" acoge a la oficina de turismo y el "Espartero" ha sido restaurado por la Escuela Taller de Consuegra que tiene allí una muestra de trabajos.

Muchos parecen cerrados a cal y canto. He leído en alguna parte que quieren convertir algunos en casas rurales, lo que no sería mala idea. En lo alto de una de las aspas canta una alondra. Hay aspas rotas, posiblemente por el viento, quedando en la cuneta del camino a modo de abandonado apero de labranza.

P1090593Hay mucha gente alrededor, está claro que son referentes turísticos. El castillo también, por supuesto. Pero es la vista de los antiguos molinos lo que mueve a la gente a acercarse a Consuegra. Nosotros también subimos a Cerro Calderico a ver la preciosa estampa molinera.

Los molinos manchegos son altos y cilíndricos terminados en una cubierta cónica construida en un principio de paja, más tarde de madera y ahora de zinc. Por un lado de la llamada caperuza, por un agujero asoma el eje en el que se sujetan las aspas, generalmente de álamo.

P1090558De acuerdo con la bibliografía, "el molino manchego suele tener tres plantas: silo, en el que se encuentra la escalera de caracol de acceso a otras plantas y en el que antiguamente los molineros dejaban las mulas; camareta, estancia media donde se efectúa la limpieza del grano y en la que se guardan los lienzos de las aspas y los utensilios de la molienda y el moledero o habitación de las piedras, que alberga en la parte superior la maquinaria y deja abrir a su alrededor los ventanillos a través de los cuales entra el viento, único motor que pone en funcionamiento todo un engranaje de piezas que, engrasadas con sebo animal, no tienen un funcionamiento autónomo, sino que dependen unas de otras."

Allá donde viento y altura era favorable, se construyeron conjuntos de molinos que ahora marcan el paisaje manchego y sirven de símbolo para una región tan diversa y bella como La Mancha.

P1090567 Desde el castillo, y como contrapunto, es fácil observar otros campos de molinos, esta vez modernos y generadores de energía y de impacto visual. Los aerogeneradores que se extienden por nuestro país prometen convertirse en otro icono, esta vez de la modernidad, del impacto ambiental global positivo... pero también del impacto local ambiental negativo.

8 de mayo de 2008

Las Tablas de Daimiel, en primavera

P1090482Dos machos de pato colorado (Netta rufina) buscan comida en la orilla de la laguna de aclimatación del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Sin duda alguna, es el mejor lugar para observar aves de todo el Parque Nacional, tan recurrentemente necesitado de agua.

El Pato Colorado ha sido elegido por SEO/Birdlife como Ave del año 2008. Aprovechando este anuncio, SEO/Birdlife expuso allá por febrero los resultados de un estudio acerca del estado de los humedales españoles. Las Tablas de Daimiel se sitúan entre los peor conservados. Y es que las vicisitudes que ha tenido que pasar este parque son muchas. En algún momento se ha llegado a pensar incluso en retirar la catalogación como Parque Nacional por su desesperada situación, en gran parte debida al sobreaprovechamiento ilegal del Acuífero 23 sobre el que se sitúan las Tablas.

P1090436En cualquier caso, siendo mayo y habiendo llovido un poco, decidimos acercarnos por el Parque para ver, sobre todo, aves acuáticas. No salimos defraudados.

La laguna de aclimatación, donde se encontraban los patos colorados, pero también tarros blancos, porrones comunes (ambos, en la foto), cercetas pardillas, cercetas comunes, porrones moñudos y un largo etcétera cuenta con un mirador especialmente diseñado para permitir ver, en cualquier época del año, a numerosas especies de anátidas, pero también, en ocasiones, a otras especies como zampullines, somormujos, fochas o limícolas varios.

El Pato Colorado mencionado al principio está catalogado en el Libro Rojo de las Aves de España como especie vulnerable, se reproduce aquí y en los mejores años llega a alcanzar las 4.000 parejas, variando considerablemente en función de los niveles de agua.

Según SEO/Birdlife, en España cría sobre todo en las marismas del Guadalquivir, lagunas de La Mancha, Albufera de Valencia, lagunas litorales de Alicante y delta del Ebro. Ocasionalmente en Aragón, La Rioja, Murcia, Extremadura, Madrid, Navarra y Baleares. Los censos de invernantes contemplan alrededor de 14.000 ejemplares, según el censo realizado en 2006.

P1090495Sorprendentemente, esta vez no hace falta quedarse en la laguna de aclimatación para ver otras especies de aves. Recorremos despacio las preciosas pasarelas de madera que facilitan caminar por la Senda de la Isla del Pan, la única de las tres posibles que se interna en el Parque.

A ambos lados, agua. No debería asombrar su presencia en un Parque característico por su medio húmedo, pero es así. La vegetación, carrizos (Phragmites australis), masiegas (Cladium mariscus) y eneas (Typha dominguensis) (a la derecha), algunos verdes, la mayoría de color pardo. Aún así, el recien conseguido verdor de las escamosas hojas de los Tarays (Tamarix canariensis), única especie arbórea de las Tablas (a la izquierda), mejora el paisaje, que debería ser más verde. El Taray es el único árbol de ribera que aparece en las Tablas, a las orillas de las lagunas salobres. De hecho, sus raíces, en parte superficiales, soportan inundaciones y cierto grado de salinidad. No obstante, las numerosas flores de las plantas ruderales dan color al paisaje, contrastando con el verde ceniza del Calamino (Salsola vermiculata) (en el centro de las fotos de más abajo).

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Más de 300 especies vegetales pueblan el Parque Nacional. Su distribución está condicionada por la salinidad, la profundidad, la cantidad de materia orgánica disuelta o la propia estacionalidad.

Muchas de estas plantas dan cobijo y alimento a numerosas especies animales. Es primavera, y se inicia la llegada de aves nidificantes: Zampullines, fumareles... Muchas de las anátidas tienen ya patitos, que acompañan a los padres en sus recorridos por las lagunas. Numerosas fochas buscan alimento entre las masiegas y juncos. Alguna rana verde espera que se pose cerca una libélula para desayunar mientras una pareja de galápagos toma el sol entre los carrizos.

P1090513En todo momento suenan trinos y cantos de pájaros, algunos se hacen muy evidentes, como el canto del Carricero Común (Acrocephalus scirpaceus), que se posa sobre el marjal para cantar a pecho descubierto.

Pero tenemos un despiste momentáneo: consultamos la guía de aves y vemos que se trata de una Buscarla Unicolor (Locustella luscinioides) que se parece muchísimo al Carricero, pero la ceja la delata enseguida. La Buscarla es un pajarillo pardo de unos 14 cm que suele cantar desde lo alto de un carrizo o de un junco, con el pico abierto y el cuerpo en tensión. Salvo en la época de celo, la Buscarla Unicolor pasa el tiempo saltando y trepando incansablemente entre la espesa vegetación de carrizales y marismas.

A finales del verano  emprenden su viaje de retorno hacia sus cuarteles de invierno en África, donde también frecuentan los mismos biotopos. Nuestra visita sigue. Muy a lo lejos, nuestros prismáticos descubren bandos de Avocetas buscando comida entre las aguas con sus picos curvos. Mucho más cerca, encontramos con facilidad Cigüeñuelas (Himantopus himantopus).

P1090499Ya dediqué, en su momento, una entrada a las cigüeñuelas. Según la excelente web Pájaros de España, http://www.usuarios.com/ib305742/index.html, "La Cigüeñuela Común está provista de patas muy largas, que le dan un aspecto realmente estrambótico, que recuerda a una cigüeña en miniatura. Cualquiera pensaría que se mantiene en un equilibrio inestable, pero de hecho sus movimientos son de una rara elegancia y su fino pico y el brillo de su plumaje le añaden gracia.

Huésped de las marismas y de las charcas poco profundas de agua dulce, la Cigüeñuela Común anida en casi toda España en localidades favorables, variando mucho el número de parejas reproductoras según las condiciones ambientales. En años de sequía pueden producirse movimientos de aves hacia zonas más septentrionales, abandonando sus lugares habituales, en los que puede ya haber comenzado la cría.

La construcción de nidos es muy desigual según el lugar; algunos son montones gruesos de hierbas, mientras que otros se apoyan casi en el suelo a orillas del agua. La importancia de la colonia varía mucho, desde unas cuantas parejas hasta más de cien juntas. Una vez realizada la cría, las aves suelen reunirse en grupos que inmediatamente comienzan su viaje hacia Africa para invernar, aunque un pequeño número permanece en España durante todo el invierno en grupos dispersos."

P1090540El caso es que pudimos ver numerosas cigüeñuelas, algunas incluso durmiendo a pata coja, pose muy habitual de las zancudas. El paisaje que nos rodeaba, de marjal, permite imaginar el trabajo que llevaban a cabo los antiguos pescadores de las Tablas, recorriendo las lagunas en pequeñas barcas, de las que queda algún ejemplar a modo de recuerdo turístico orillado en un carrizal.

La visita al Parque no puede darse por finalizada sin la visita al excepcional Centro de Interpretación, pequeño pero suficiente. Además, la gastronomía manchega nos espera a la salida de la zona de visita en el Mesón de la Duquesa, donde probar gachas de harina de almorta, migas del pastor o el riquísimo pisto manchego.

4 de mayo de 2008

La Cunetalia (I)

P1090402Esther Fuertes, una de las mejores profesoras de Botánica de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid denominaba "La Cunetalia" a la comunidad de plantas herbáceas que pueblan los bordes de caminos, los ambientes antropizados, las cunetas de las carreteras. Son plantas vivaces en su mayor parte, pero casi siempre se repiten las mismas especies: amapolas, margaritas, jaramagos, dientes de león... todas ellas plantas ruderales, de gran resistencia y versatilidad. No forman, como tal, una Comunidad Sociovegetal específica y de ahí la ironía de la definición de "Cunetalia".

Las plantas ruderales viven en medios con altos niveles de perturbación y están adaptadas a sufrir grandes cambios a lo largo de sus cortos ciclos vitales. Normalmente son especies colonizadoras que gastan mucha energía en la reproducción, para florecer durante un tiempo concreto y esparcir un gran número de semillas en varias tandas, si es que se puede, porque la tendencia es más bien hacia ciclos de vida anuales o de corta duración pero que permiten un rápido crecimiento vegetal (el proceso de maduración de las semillas también lo es).

El caso es que ya estamos en mayo, ha llovido un poco, y nos hemos dado un paseo por las cunetas buscando algunas de estas especies (o, más concretamente, sus flores). Curiosamente, no hemos encontrado a las estrellas de su Comunidad, las Amapolas. Pero sí otras muchas flores de herbáceas muy comunes y de bellos colores y formas.

Abren con su foto esta entrada los preciosos Botones de Oro (Ranunculus acris), uno de los ranúnculos más comunes, muy repartido por toda la Península, si bien suele estar asociado a cursos de agua o, al menos, a ambientes más bien húmedos. De acuerdo con su definición, en wikipedia, se trata de una planta herbácea perenne que alcanza 30-70 cm de altura, de raíz gruesa que anualmente emite varios tallos erectos y redondos. Las hojas son palmeadas y con fuertes divisiones, en su mayoría brotan directamente de la raíz. Las flores de color amarillo brillante tienen cuatro pétalos y gran cantidad de estambres. Curiosamente, gran parte de las especies de Ranunculos de flor amarilla son venenosas pues contienen una toxina irritante denominada protoanemonina.

P1090396También de un llamativo amarillo vivo es la flor del Diente de León (Taraxacum officinale). Se trata de una de esas plantas de distribución mundial, conocida por la mayor parte de la gente y asociada a juegos infantiles al soplar los niños sobre las plumosas formas de los frutos de la mala hierba y pedir un deseo.

Sus frutos son aquenios con vilano, globosas formas de ligera estructura en las que los frutos secos de esta asterácea (Compuesta) se acompañan por apéndices de pelos simples o plumosos que les facilitan su distribución anemócora, es decir, son diseminados por el aire ayudados por el viento.

P1090384Es una planta vivaz, anual y perenne, de roseta basal. Se encuentra fácilmente en los caminos, pastizales, prados y sobre todo en jardines, tanto que es considerada una mala hierba por los jardineros. El Diente de León pertenece a la Familia de las Asteráceas (Antes denominadas Compuestas o Compositae), una de las familias de angiospermas más próspera y ubiquista. Se caracterizan por sus inflorescencias: en realidad están formadas por numerosas flores diminutas que, en conjunto, dan el aspecto de flor normal. Al conjunto de pequeñas flores  se le denomina capítulo.

En algunos casos, este capítulo de florecillas dimunutas está rodeado por otras flores liguladas (además de por las brácteas protectoras típicas de las Asteráceas) que ejercen el papel de pétalos. El caso más conocido es el de las Margaritas (Bellis perennis).

P1090405Al menos, una de las que se suelen denominar margaritas, si no la más frecuente. Bellis perennis es también una planta con roseta basal, perenne y anual (algunos autores la citan como bianual). Las lígulas son de un precioso blanco que contrasta con el amarillo de la inflorescencia en capítulo. Es bastante patente el color rosado que suelen adoptar las puntas de las lígulas blancas en lo que sería el envés. Habitual de prados, herbazales y cunetas, las margaritas son algunas de las flores más conocidas del planeta y de las más perseguidas por los jardineros e incluso por gobiernos como el alemán, que en 1793 las condenó a la desaparición por sus pretendidas propiedades abortivas.

P1090379Anagallis arvensis es una de esas plantitas encantadoras que también aparecen frecuentemente en jardines, cultivos y bordes de caminos. Es una Primulácea de flores diminutas de cinco pétalos soldados, de color azul, aunque no es difícil encontrar la variedad con flores anaranjadas. Uno de sus nombres vulgares más utilizados es el de Murajes.

Florece durante un buen número de meses provocando una sensación de colorido sólo equiparable a la de las amapolas, siempre y cuando aparezcan suficientes murajes en el horizonte. Resaltar dos curiosidades respecto de esta planta ruderal: Las flores azules contienen saponinas y las anaranjadas fitosterinas, compuestos que tienen virtudes medicinales como alivio de la tos y del dolor de garganta. Sin embargo, en dosis muy puras o superiores a 3 gramos pueden resultar fatales por el poder hemolítico de los murajes. La otra curiosidad, de acuerdo con wikipedia, es que es el emblema del héroe novelesco Pimpinela Escaralata. P1090403

Capsella bursa-pastoris es otra plantita de la Cunetalia. Se trata de una curiosa Crucífera llamada vulgarmente Zurrón de pastor, pan y quesito, bolsa de pastor...

Es inconfundible, pues su alta inflorescencia anual (se trata, como muchas otras ruderales, de un terófito) termina convirtiéndose en una escalera de frutitos en silicua de forma acorazonada que recordaban, en su momento, a los zurrones y bolsas de los pastores castellanos.

De nuevo cuenta con una roseta basal (los jardineros dicen que es una mala hierba agradecida pues se arranca fácilmente) y flores típicas de las crucíferas: pequeñas con 4 sépalos y 4 pétalos en cruz, en este caso de color blanco.

De acuerdo con wikipedia, "Comentando la materia médica del Dioscórides el doctor médico Andrea Mattioli da Siena en 1542 recomienda la Capsella bursa-pastoris "contra las hemorrágeas y pérdidas cuantiosas de sangre", En la antigua Castilla (España) se sabe de su utilización por las mujeres para cortar hemorrágias producidas por el ciclo menstrual." 

Aún quedan otras cuantas plantas ruderales para comentar en la próxima parte de "La Cunetalia".