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28 de julio de 2010

Cascadas de Sotillo / Parque Natural Lago de Sanabria (y II)

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Robles melojos (Quercus pyrenaica), Abedules (Betula alba), Avellanos (Corylus avellana), Castaños (Castanea sativa) y Acebos (Ilex aquifolium) se turnan como en un desfile y pugnan por ofrecer la imagen más vistosa en la ya de por sí impresionante ruta de las Cascadas de Sotillo dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria y alrededores. Es una de las rutas más conocidas y recorridas del Parque por ser, precisamente, de las más asombrosas.

P1200580 Y hacerlo en plena primavera es, todavía más, un regalo para la vista. Es una ruta de apenas 6 kilómetros que no da descanso a los sentidos, que deleita a la vista con los verdes de los colores, que regodea el sentido del oído por el rumor de los ríos y de los pajarillos, que, en fin, satisface el sentido del conocimiento, en tanto en cuanto proporciona tantos focos de atención que sólo cubren parcialmente la intención de esta entrada.

La ruta asciende en un primer momento, durante al menos una hora, pero el trayecto de vuelta es un relajado paseo por un bosque de ensueño. Es una ruta circular que comienza y termina en Sotillo de Sanabria, de dificultad moderada y para la que hay que seguir las balizas de color marrón.

La verdad es que seguir el camino empedrado desde Sotillo es un poco aventura, pues no se sabe muy bien donde comienza la senda hasta que te das de bruces con el cartel en madera que lo identifica.  A partir de ahí es cuando comienza el ascenso, moderado pero constante, y la aparición de diferentes actores en el escenario de la ruta. P1200469El módulo de madera está dispuesto sobre el otro protagonista de la ruta, el río Truchas, cuyo valle da forma al parque natural.

Así pues dejamos a un lado el río Truchas y comenzamos a ascender por un pedregoso camino. A un lado y a otro van apareciendo jóvenes robles melojos, algunos piornos en plena flor (qué amarillo más vigoroso), alguna Genista florida y alguna retama en las zonas más soleadas.

P1200476 Según subimos algún melojo está superpuesto sobre la cuneta del camino, con las raíces al aire, en un equilibrio precario que nos facilita conocer el árbol al completo. Aquí los llaman, erróneamente, carballos, como los Quercus robur de los robledales cantábricos, cercanos ya ciertamente a los del Parque Natural del Lago de Sanabria.

Estos melojos son jóvenes, no deben tener más de 30 ó 40 años, debieron sustituir a vetustos robles que, si se comparan con los troncos de algunos castaños centenarios que nos encontraremos por el camino más adelante, debieron ser casi mitológicos.

En las cunetas del camino, pero también en las zonas más nemorales comienzan a aparecer algunas especies de plantitas vivaces, anuales. Y como estamos en primavera, están en floración, más sencillo para determinarlas, más encanto tiene el observarlas.

Empezamos por dos especies muy habituales de los bosques caducifolios, de hayedos y robledales. En los claros aparece el Toronjil silvestre (Melittis melissophyllum), (foto de la izquierda) una plantita vivaz y pilosa que todos los años retoña de su cepa en primavera y que da unas flores en pareja muy bonitas, anchas y largas, de vivo color rosado o blanco con manchas rosas (como en nuestro caso) y de hasta 50 cm de alto. El toronjil, por cierto, es la especie de un género monotípico, es decir, formado por una única especie.

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Y en la foto de la derecha, las típicas flores en tubo colgantes de la axila de la hoja de Polygonatum odoratum, una especie de hojas glabras y anchas, una liliácea de porte elegante muy característica, muy fácil de reconocer y no muy habitual, por lo que no se recomienda recogerla para ninguna cosa.

P1200513Y Polygonatum odoratum suele aparecer acompañada de la siguiente invitada en este elenco, la Aguileña  (Aquilegia vulgaris), una ranunculácea sorprendente, de flores grandes, de color azul violeta y muy llamativas: sus cinco sépalos están coloreados igual que los pétalos, que a su vez  tienen forma de cuernecillos ensanchados y dan lugar a una forma inconfundible que rodea haces de estambres amarillos. Es una plantita vivaz típica de los sotobosques con claros, no soporta la sombra completa, pero sin cierta frescura de suelos tampoco puede vivir.

P1200558 Y ambas especies, junto a algunas otras como Clinopodium vulgare, Teucrium scorodonia, Lathyrus niger o Campanula rapunculus (en la foto; la hallamos un poquito más tarde, esta bonita planta bianual, de floración cada dos años, con florecillas campanulares violetas y en racimo y que puede alcanzar hasta aun metro de altura) forman parte de la clase fitosociológica Trifolio – Geranietea sanguinei, que define una comunidad de plantas herbáceas y vivaces que dan forma a la orla característica de los límites de los bosques climácicos, con ciertas apetencias heliófilas pero nunca alejadas del ambiente nemoral de las formaciones boscosas.

P1200507 También de bosques frescos y suelos húmedos es la pequeña Celidonia menor (Ranunculus ficaria), una ranunculácea de llamativas flores de color amarillo dorado que parece que les han pasado un barniz para que brillen.

De hojas inferiores anchas y acorazonadas muy características, la celidonia menor tienen unas raíces tuberosas, cilíndricas con engrosamientos que a algún gracioso le dio la idea de llamarla hierba de las almorranas.

Hay en el camino, que por cierto a veces parece que nunca se va a acabar, oportunidad de ver algunos insectos llamativos. Por ejemplo,una Zigena (Zygena osterodensis), una vistosa polilla diurna, que revolotea indolente en nuestro derredor y se posa en la amarilla flor de una asterácea (posiblemente un Doronicum).

Las zigenas (foto de la izquierda) vuelan lentamente, aunque batiendo las alas con rapidez. Las manchas rojas que tiene en las alas la diferencian fácilmente de otras especies de polillas. Sus larvas, por cierto, son bastante rechonchas, de color pálido y con manchas negras (además de los consiguientes pelillos probablemente urticantes). Es curioso porque la pupa emerge en parte del capullo antes de que salga el adulto, un capullo con forma de papel.

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En otro lugar, un buen número de azules licénidos (Lycaenidae) se posan en el borde del camino, en el barro. Su forma y color los relacionan con las Náyades (Celastrina argiolus) y no puedo evitar mencionar lo que www.macroinstantes.blogspot.com indica sobre la especie: “Celastrina argiolus es un licénido distribuido por toda Europa (…) que puede encontrarse tanto en jardines y parques como en zonas silvestres. Según www.butterfly-guide.co.uk esta especie presenta un ciclo de 5 años en los que pasa de ser muy escasa a tremendamente abundante, a causa de un supuesto parásito que tiene un ciclo similar aunque fuera de fase con el de la Celastrina. Ignoro si este fenómeno se limita a las islas británicas o se observa en todo el área de distribución.”.

P1200480 Y de repente aparece un escarabajo de reflejos múltiples, iridiscente. Tiene toda la pinta de un escarabeido, más concretamente de un pelotero pero en plena fiesta del Orgullo. Ni siquiera la magnífica y sencilla guía de Michael Chinery (Omega) lo tiene identificado.

Encontramos varios ejemplares recorriendo el barro del camino por lo que muy posiblemente se acerque a nuestra propuesta, un escarabajo pelotero un tanto altisonante, de buen tamaño e identificación compleja.

P1200500 Y luego están los árboles. El bosque es joven, de acuerdo, pero resulta toda una experiencia caminarlo. Aquí y allá aparecen castaños (como el de la foto) y avellanos. De vez en cuando, algún arce -posiblemente Arces blancos (Acer pseudoplatanus)- e incluso serbales de cazadores (Sorbus aucuparia).

Al fin y al cabo, nos encontramos en un típico bosque caducifolio, un robledal. Y éste es el cortejo arborístico que deberíamos esperar. La definición fitosociológica de este melojar supramediterráneo orensano-sanabriense sería, muy posiblemente,a denominada Holco mollis-Quercetum pyrenaicae.

Más allá de todo ésto, nos entretenemos viendo las hojas aserradas de los avellanos, el vetusto porte de algunos castaños, los solitarios arces y serbales así como otras especies de árboles, como el Arraclán (Frangula alnus), del que también hallamos algunos pies.

De la misma forma, al final del recorrido aparece un Mostajo (Sorbus aria) como muestra de la presencia, puntual pero constante, de estas rosáceas.

Según la documentación “En las zonas de menor altitud predominan los melojares xerófilos, encontrándose el roble en enclaves soleados y secos, acompañado por el castaño (Castanea sativa); éste se encuentra muy extendido en la zona como cultivo u ocupando valles húmedos con orientación NO en las laderas. Puede subir hasta los 1000 m. de altitud por término
medio. A mayor altura y humedad, sólo queda el roble.”

P1200524P1200511Se nota que estamos en orientación norte: el ambiente es nemoral, húmedo a pesar del sol de la mañana, el estrato herbáceo es importante y aparecen numerosos líquenes y musgos en las piedras y en las cortezas de los árboles. Reconocemos fácilmente a las Barbas de Ermitaño (Usnea sp.) y a un precioso ejemplar de Lobaria entre los líquenes (en la foto de la derecha).

Ya lo avisan en los folletos: a las Cascadas de Sotillo las oyes antes de verlas. El estruendo que hace el agua al caer sobre el río Truchas es importante y el espectáculo lo es más aún. La verdad es que es una vista preciosa que da por bueno todo el esfuerzo de ascenso dedicado en la hora y media previa.

P1200535 El agua de la cascada viene de la Laguna de Sotillo, situada por encima de las cascadas, a una altura de 1600 metros. Descansamos un rato a la sombra de la cascada. Sí, ha merecido la pena, pero también necesitamos reponer fuerzas.

No nos hemos cruzado con casi nadie, y eso que éste es el sendero más popular del Parque. Por ello, disfrutamos solos y a placer el paisaje, el agua fluyendo a chorros sobre el río Truchas, que se pierde al fondo frente a un maravilloso paisaje arbolado.

Entonces nos damos cuenta de que en el fondo de la cascada nos observa curiosa una Lavandera Cascadeña (Motacilla cinerea), uno de los pajaritos más encantadores que hubiéramos podido encontrar.

Esta lavandera es la más esbelta y colilarga de las tres que habitan en nuestro país. Como su nombre indica, es frecuente verla en ríos y arroyos de corriente rápida y de montaña.

Wikipedia nos ayuda a conocer más cosas de esta lavandera: “Normalmente solitaria, se posa cerca del agua moviendo continuamente la cola. En el suelo se desplaza dando rápidos saltos, echando la cabeza hacia delante. Los vuelos son también rápidos, a menudo con fuertes quiebros, para los que se ayuda de la larga cola. Construye sus nidos en rocas cercanas a ríos y arroyos de corriente rápida, ya que está muy ligada al agua, donde obtiene la mayoría de los dípteros de los que se alimenta. En invierno, con el aumento de la población por los individuos migradores, puede anidar incluso en ciudades. Realiza dos puestas anuales, de 4 a 6 huevos, incubados sobre todo por la hembra. El macho se ocupa de la alimentación de los pollos.

P1200540 El inicio del camino de vuelta es muy complicado, hay que mantener constantemente la atención, pues el desnivel de bajada es enorme. Todo el esfuerzo de subida se paga ahora, en un descenso vertiginoso pero no exento de sorpresas. Esta parte de la ladera da al sur y eso se ve muy pronto por la vegetación que aparece a nuestro paso.

P1200564 Gamones (Asphodelus albus), Piornos (Cytissus sp.), Campánulas, retamas… amarillos, blancos y violetas se mezclan con el verdor de fondo de los robles melojos que cubren esta zona del Parque Natural del Lago de Sanabria. Y entonces aparece el único árbol qeu todavía no habíamos tenido oportunidad de ver. Y parece realmente uno de los maravillosos lienzos del pintor ucraniano Pavel Onishenco: se trata de Abedules (Betula alba), abedules en bosquecillos, con sus blancas cortezas y sus pequeñas hojas aserradas quitándoles protagonismo a los melojos. El clima nos acompaña, la luz ilumina estos delicados árboles a especie de premio por nuestro esfuerzo (que tampoco era para tanto).

P1200554El resto del camino es sencillo, se realiza sin gran trabajo, es más un paseo que otra cosa. El río Truchas te acompaña todo el camino. De vez en cuando surgen pequeñas pocillas o mini turberas en las que ranitas bermejas (Rana temporaria) están recién metamorfoseadas. P1200575 Los melojos aquí están muy abiertos, en algunos la hoja está reciente (a pesar del presunto mejor tiempo que soportan).

El paisaje de la ruta de vuelta a Sotillo de Sanabria (cuyo sendero sigue marcado con balizas de color marrón) es encantador y se disfruta. De vez en cuando, miramos al suelo y terminamos teniendo suerte: huellas de corzos en el barro. También encontramos el cadáver de un topo pequeño, más anécdota que otra cosa.

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Por cierto, la llegada a Sotillo de Sanabria se convierte en algo complicado al descubrir que no hay indicaciones, por lo que recorremos el pueblo sin destino hasta que damos con nuestro Megane-X.

Y qué mejor premio para recuperar fuerzas que disfrutar en el Parador de Puebla de Sanabria del ciclo Arte Breve de la Cocina que tiene a las Encrucijadas Culinarias como protagonistas de tan apetitoso evento. Así que allá que vamos, con la Crema de caldo Sanabrés, las Delicias de Trucha al modo del Císter, los Farinatos de la Puebla o los famosos Habones de Sanabria con Callos de Matanza como digno final de esta excursión.

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22 de julio de 2010

El Parque Natural del Lago de Sanabria (I)

P1200683 Y alrededores, no nos olvidemos de los pequeños lagos y espacios que circundan al impresionante Lago de Sanabria en el área de protección que cubre el Parque Natural zamorano. Llegamos allí a finales de la primavera, cuando sus bosques están en esplendor, cuando la floración se hace generalizada, cuando el disfrute es parte indistinguible de la visita.

P1200459Nos alojamos en el Parador de Puebla de Sanabria, que nos proporciona cercanía tanto para su impresionante castillo como para el propio Parque Natural. Aún alejado del Lago, la ubicación es ventajosa en muchos sentidos, sobre todo en el gastronómico.

El Parador, aunque moderno, es acogedor y su servicio, adecuado al precio que se paga; y tiene unas vistas del Castillo realmente evocadoras. Desde Puebla de Sanabria se puede acceder al Parque por coche, aprovechando cualquiera de los pueblecillos que sí forman parte del Parque, o que están más cerca de sus límites (Sotillo, el Puente, Galende…) para iniciar cualquiera de los recorridos que van a permitir conocer a pie el Parque Natural del Lago de Sanabria y Alrededores.

P1200648 El Lago de Sanabria, como cualquier buscador de internet ofrece a la primera, es el lago de origen glaciar más grande de la Península Ibérica (el segundo sería el Lago de Banyoles). Y es cierto que es grande, un buen número de caminos proporcionan fácilmente la oportunidad de verlo. Y es ciertamente impresionante; también lo es cuando bajas a su orilla y lo miras a través de las pequeñas y numerosas playas con las que la gente lo disfruta. No tenemos tiempo de bañarnos, pero sí de recorrer parte de sus riberas.

P1200670 Y de sobrecogernos al conocer la historia de Ribadelago Viejo. La noche del 9 de enero de 1959 un sector de más de 150 metros del muro de contención de la Presa de Vega de Tera se vino abajo, provocando la salida brusca de ocho hectómetros cúbicos que arrasaron el cercano pueblo de Ribadelago anegando su suelo y su alma, con 144 fallecidos de los que sólo se recuperaron 28 cuerpos. Ribadelago Nuevo sustituyó al antiguo pueblo que ahora pugna por volver a salir adelante gracias al aprovechamiento de sus derruidas casas.

P1200671 A posteriori se quiso embalsar el Lago, pero la defensa que hicieron las gentes de la zona llevó a protegerlo como Paisaje Pintoresco, primero, y como Parque Natural, después, en 1978. Las razones que llevaron a declararlo como tal tienen sobre todo que ver con el entorno del lago, pues éste, por su relativa juventud (apenas 15.000 añitos de nada) no mantiene especies endémicas sino las de los ríos de la zona. Eso sí, las características geomorfológicas y los bosques que rodean al Lago de Sanabria hacen de este destino una opción a tener en cuenta.

P1200774 Las orillas del lago proporcionan a los visitantes la opción de turismo de playa léntica. No son demasiado grandes, pero están bien y desde ellas se pueden observar a placer los árboles de ribera que entierran sus raíces en el suelo inundado de la orilla. Sauces, alisos como el de la foto y fresnos son los más habituales mientras que en el interior del lago serán las comunidades de algas microscópicas las especies vegetales más abundantes… salvo los Sphagnum.

P1200577 Las aguas del Lago de Sanabria (y de todas las lagunas del área circundante) son limpias, ácidas y escasamente mineralizadas. Y en ellas habitan numerosas especies de musgos del genero Sphagnum, si bien donde son legión es en uno de los ambientes húmedos más llamativos del Parque Natural, las turberas, formaciones constituidas por masas compactas de Sphagnum que pueden alcanzar varios metros de espesor (en la foto, con Ranita patilarga incluida).

Truchas, barbos, bermejuelas, cachos, bogas y las recientemente introducidas anguilas forman parte de la fauna piscícola del Lago, apareciendo víboras hocicudas y culebras de agua, desmanes ibéricos y somormujos lavancos, gavilanes y corzos entre los vertebrados más habituales del Parque.

P1200690 En realidad el Lago de Sanabria no es sino una gran cubeta donde antaño (muy antaño) una lengua glaciar de más de 15 km de largo y 300 metros de espesor la excavó gracias a su potencia erosiva. Estábamos en el Cuaternario, en plena glaciación del Würm (no sé qué número de ellas) y la gran masa de hielo se superpuso sobre el continente durante más de 90.000 años hasta que hace 12-15.000 años todo acabó casi repentinamente, la lengua glaciar se retiró dejando al descubierto cañones, valles, rocas aborregadas, estrías glaciares, arcos morrénicos y e innumerables cubetas de las cuales el Lago de Sanabria es la más grande. Pero no la única.

Otras cubetas, por cierto, se convirtieron en las turberas antes mencionadas gracias a la acumulación de Sphagnum. Sin embargo, y diseminadas por toda la Sierra de Segundera y de Cabrera, muchas otras cubetas se transformaron en más de 20 lagunas de aguas limpias y transparentes que a su vez forman uno de los conjuntos lacustres de alta montaña más importantes de la península ibérica.

P1200629 Una de estas lagunas es la Laguna de los Peces, a la que nos acercamos primero en coche y después andando (al fin y al cabo está situada a 1707 metros de altura). Desde aquí parten muchas rutas, pero nosotros aprovechamos para descansar y comer, rodeados de brezos y piornos, algunos ya en flor.

P1200613 Pero no sólo hay brezales y escobones, el suelo está tupido de narcisos, de pequeños Narcissus bulbocodium de vivo color amarillo que contrastaban con el rosado de las ericáceas y con el blanco helado de los neveros que, aún a últimos de mayo (últimos, últimos) permanecían en las orillas de la Laguna de los peces. Por cierto, que en estas lagunas habitan truchas, salamandras, tritones ibéricos y jaspeados y lagartos verdinegros, de los que pude ver al menos uno (pero mi cámara no lo vio).

P1200621 Rodeamos la laguna entre brezos, nieves y patos correteando por entre los hilillos de agua deshelada de los neveros.

Nos asombramos al ver a una pareja de ancianos de San Martín de Castañeda (donde por cierto hay un Centro de Interpretación ubicado en un antiguo y espléndido monasterio) tratando de encontrar de forma rudimentaria la fuga de agua que tenía la laguna en su parte embalsada. De este agua dependerá el pueblo en verano y no es cuestión de dejarla ir. Creo que lo lograron.

P1200631 Y aunque les echamos una mano, mi atención estaba sobre todo en el lagarto verdinegro y en los brezales, urces que les llaman por aquí.

En Escocia les llaman urz y de ahí que en los pueblos españoles de influencia celta les denominen urces. Es muy probable que estos brezos sean brezos de turbera (Erica tetralix), arbustos de porte humilde, típicos de suelos silíceos y pobres, pero húmedos. Sus bonitas flores rosas aparecen en gran número y en racimos apretados.

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Los brezos tienen micorrizas en las raíces con las que soportan los pobretones suelos en los que habitan. Además, son muy resistentes a los fuegos y a la tala, generando además fenoles que inhiben el crecimiento de otras plantas en las cercanías.

P1200628Y entonces, entre las urces y escobas, aparece un pajarito de plumaje humilde pero muy llamativo. Es un Acentor común (Prunella modullaris), un paseriforme frecuente en media y alta montaña y habitante tradicional de los piornales. Este pajarillo grisáceo en cabeza y pecho y de alas y dorso pardo es migrador parcial, no todos marchan cuando llegan los fríos. Además, se mueve también en altura por lo que siempre es fácil encontrar acentores en la montaña.

Un rato después tuvimos la oportunidad de ver, desde muy lejos, al pariente más cercano del acentor común, el Acentor alpino (Prunella collaris), más grande y de color pizarra con flancos rojizos y listados. Pero la cámara no lo captó bien.

P1200625 En cualquier caso, las lagunas de alta montaña no son los únicos paisajes típicos del Parque Natural del Lago de Sanabria, sus formaciones boscosas son también muy importantes. Aquí coinciden representantes de los climas atlántico y mediterráneo (la situación geográfica de Sanabria es lo que tiene), especies vegetales relictas de cuando esto era un glaciar, algunos endemismos de estas sierras y preciosas formaciones de tejos y melojares.

Nada mejor que hacer una de las múltiples rutas que se ofrecen por la zona para valorar in situ la verdad de estas palabras… por ejemplo, la de la Cascada de Sotillo.

16 de julio de 2010

El Duomo de Milán

P1200101 Un fascinante conjunto de pináculos y estatuas, recargado pero estéticamente asombroso. Un paisaje ciertamente espectacular y no por esperado menos sorprendente. Es decir, la mera visión de la mole de mármol del Duomo de Milán, vista desde la Piazza del Duomo ya anuncia a las claras que no nos encontramos ante una catedral normal.

P1200105Pero no adelantemos acontecimientos. En primer lugar hay que ponerse delante de la fachada del Duomo y admitir que es absolutamente majestuosa. Nos situamos en la Plaza del Duomo, con las Galerías de Vittorio Emanuelle a la izquierda y la enorme explanada toda para nosotros. P1200145 Unos pintores profesionales se ofrecen a retratarnos mientras los hinchas el Inter de Milán comienzan a concentrarse en la plaza, para la celebración de la noche (sí, parece mentira pero no están celebrando el Mundial de España sino la Copa de Europa del Inter, es lo que tiene la flexibilidad del tiempo, pasó en mayo aunque ahora estemos en el julio en el que la selección española ganó su primer mundial frente a Holanda).

Volvamos a la fachada; es imponente. No cabe en la foto si no es realizada desde lejos. La verdad es que se ve bien, aunque para ello tuvieran que tirar medio barrio. Aquí está la habitual reivindicación de aquellos que sufrieron la pérdida de sus casas pero entiendo que mereció la pena, Milán ganó con el cambio y el Duomo, más que nunca, se convirtió en el símbolo de la ciudad.

P1200189 Duomo, por cierto, significa “Casa de Dios” nada referente a la cúpula de la iglesia. Viene del latín, de Domus Dei y no es más que la palabra italiana de nuestra Catedral. Pero queda tan bien que a pocos he oído hablar de la Catedral de Milán. Total, que tenemos delante a la Catedral de Milán en todo su esplendor, que es mucho.

Comenzó a construirse en 1386 y se finalizó hace cuatro días, en 1965. Siete siglos de trabajo que han dado lugar a una catedral de estilo gótico de 158 metros de largo y 93 de ancho (es la tercera iglesia en dimensiones tras el Vaticano y San Pablo de Londres). A la hora de construirla se echaron abajo palacios e iglesias que a su vez habían ocupado templos paganos primero y cristianos después de la antigua Mediolanum.

P1200119Tiempo tuvieron diferentes arquitectos hasta el siglo XVI para elevar el enorme volumen de la catedral. El gótico de los siglos XIV y XV se complementó con el poder de la ingeniería del XVI para alcanzar los 45 metros de altura, una proeza para la época. Cuenta la wikipedia una anécdota curiosa referida Gian Galeazzo Visconti, el duque milanés que puso en marcha la obra en 1386: “El entusiasmo por el nuevo e inmenso edificio pronto se extendió entre la población, y el astuto Gian Galeazzo, junto con su primo, el arzobispo, supieron recabar grandes donaciones para el progreso del trabajo. El programa de construcción fue regulado estrictamente por la Fabbrica del Duomo conformado por 300 empleados liderados por el arquitecto jefe Simone da Orsenigo. Galeazzo otorgó a la Fabbrica el uso exclusivo del mármol de la cantera de Candoglia y la eximió de impuestos.

Las labores continuaron mucho tiempo. Hubo quienes, como el obispo Carlos Borromeo (futuro San) quisieron convertir la catedral en un monumento más renacentista que gótico (que olía a extranjero) mientras que otros, más tarde, la hicieron volver al gótico previo e incluso al neogótico del XVII. Hasta que no llegó Napoleón no se pudo dar por terminada la fachada. El Emperador francés impuso la terminación de las obras tirando, en teoría, del tesoro francés.

P1200136 Con la fachada terminada, se procedió a avanzar en el esculpido de los cientos de pináculos, estatuas, gárgolas y decoraciones del cielo de la catedral.

Y aunque aún queda por terminar algún bloque virgen, el techo está más que terminado. Para acceder a él se tiene que comprar la correspondiente entrada en un edificio cercano y ascender a través de uno de los ascensores que están dispuestos para ello. Arriba hay mucha gente, para qué vamos a engañarnos.

P1200151El ascensor es pequeño y se sube poco a poco y, al salir, uno no puede más que sorprenderse por encontrar en el tejado del Duomo P1200132plazoletas, explanadas, caminos tortuosos y amplios recorridos, hay escaleras y puentes, estatuas por todos los lados, gárgolas fantásticas y delicadas vírgenes y ángeles, espectaculares juegos de piedra y pináculos, muchos pináculos que ascienden hacia el cielo. En casi todos hay una figura que los corona (por ahí debe haber incluso una de Napoleón).

P1200160 El punto más alto de la catedral es, precisamente, una de estas figuras, la llamada Madonnina, realizada en cobre dorado en colocada allí en 1774. 108,5 metros es la altura que alcanza la figurilla (el pináculo que la sostiene, 4 metros), que se considera la virgen protectora de Milán.

P1200167 Para llegar a ella, el recorrido es bastante largo, pero siempre llamativo. Subiendo y bajando pero siempre con la mirada puesta en la maestría de la selva de piedra que es en realidad el techo del Duomo.

Desde aquí, por supuesto, se tienen vistas ejemplares, no sólo de la Piazza (con sus terrazas a punto para tomar algo), las galerías y los neroazzurros del Inter. P1200123 También de otros edificios singulares de la ciudad, como el Palazzo Reale (sede del poder austríaco y napoleónico en su momento), la torre octogonal de San Gottardo in Corte (una iglesita cuyo campanile de ladrillos rojos y mármol blanco no ha cambiado desde su construcción en 1336) y, a lo lejos, el rascacielos armado de 106 metros de altura y 27 pisos llamado la Torre Velasca, que trató de evocar en pleno siglo XX una torre medieval (en la imaginación de cada uno queda el creérselo o no).

P1200106 Volviendo al interior del Duomo, es preciso reconocer la belleza de los ventanales del siglo XV, verdaderamente portentosos (las ventanas del coro tienen fama de ser las mayores del mundo). De esta forma, la catedral milanesa ofrece un espectáculo de luz natural en su inolvidable tejado y de luz natural tamizada por los coloridos cristales de sus ventanales en el grandioso interior.

P1200114 Hay numerosos sepulcros, sarcófagos y altares en la catedral. La estatua más famosa es la de San Bartolomé, de Marco d’Agrate, una figura poderosa a pesar de su esbelta y fibrosa constitución (bueno, vale, y por que el hombre está despellejado y tiene su piel entre las manos).

P1200118 Y muy cerca de ella se sitúa la entrada a la cripta de San Carlos Borromeo, que yace en medio de un auténtico relicario de dorados reflejos y brillantes decorados.

Uno se siente pequeñito en el interior del Duomo de Milán. Y ni siquiera hace falta que estén acompañándote las 40.000 almas que pueden apretujarse en su ambicioso interior.

Toda la información, en http://www.duomomilano.it/, la web de la Veneranda Fabricca del Duomo di Milano.