Todo esto viene a que en la exposición "TITANIC. The artifact exhibition" te dejan tocar parte del casco del inmortal buque, extraído de una profundidad de 3800 metros. Es cierto que es a través de un pequeñísimo agujero por el que no caben más de dos dedos, pero, como digo, a gente como yo, eso nos basta para sonreir como tontos. He tocado parte del Titanic. Y está todo dicho.
Bueno dicho así suena pelín patético y oculta las bondades de una exposición que no por cara deja indiferente. La historia, al fin y al cabo, la hemos escuchado todos. De la misma forma, la magnífica película de James Cameron de 1997 está en la mente de todos.Pero en este caso, el subtítulo de la exposición es "Objetos reales, historias reales" y no puede ser menos cierto.
09:30 h / Informe de hielo del SS Mesaba: Vimos mucho hielo en grandes masas y un gran número de icebergs grandes.
Estos mensajes y otros parecidos fueron al parecer ignorados por la tripulación, pues a las 23:40h del 14 de abril de 1912 uno de los mayores transatlánticos de la historia cruzaba las heladas aguas del Océano Atlántico a una velocidad enorme, 22 nudos (de los 25 que como máximo podía rendir). La noche era calma, no había oleaje que permitiera descubrir icebergs. La superficie del mar parecía un espejo.
Fue entonces cuando el vigía de la cofa del trinquete (que no llevaba prismáticos por haberse extraviado éstos en la fase de preparación del barco) dio el aviso de iceberg a proa y el Primer Oficial al mando Murdoch dio un par de órdenes que llevaron al desastre de la forma más rápida: girar el timón todo a estribor (un choque de frente hubiera permitido al barco incluso seguir navegando) y marcha atrás (con lo que el barco perdió fuerza para virar lo suficiente).
La consecuencia es bien conocida por todos: un espolón de hielo perforó el casco por debajo de la línea de flotación permitiendo la inundación de hasta 6 compartimentos estanco y condenando a esta maravilla de la tecnología a un hundimiento rápido, de dos o tres horas.
La temperatura del agua en aquella noche estrellada era de -1ºC. 
La distribución de supervivientes y fallecidos dice mucho de la estructura y distribución de aquella sociedad de principios del siglo XX.
| 1ª Clase | 2ª Clase | 3ª Clase | Tripulación | |
| Supervivientes | 197 | 118 | 181 | 213 |
| Fallecidos | 123 | 166 | 529 | 679 |
Lo bueno de la exposición es que te cuenta tanto la historia del barco como la de muchos de sus pasajeros. De hecho, nada más comenzar, te entregan un reproducción de tarjeta de embarque de la Compañía White Star Line, propietaria del barco, con el nombre de uno de los personajes de la historia.
La Exposición hace especial hincapié en la fase de construcción del Titanic. Incluye una pequeña representación de lo que serían los muelles con fotografías de gran formato referentes a fases de trabajo de la construcción.
El comienzo de la historia se narra en la web de la exposición (http://www.titanicmadrid.com/)Durante una cena celebrada en julio de 1907, J. Bruce Ismay, director gerente de la naviera White Star Line, y Lord James Pirrie, presidente de la venerable compañía de construcción naval Harland & Wolff, con sede en Belfast, concibieron la idea de construir dos fabulosos barcos para competir en el lucrativo negocio de los transatlanticos.
Además contaría con una calidad que los otros barcos no tenían...Según un medio de la época The Shipbuilder, una publicación técnica de 1911, “La subdivisión estanca del Olympic y del Titanic es muy completa, y está dispuesta de manera tal que podrían inundarse dos compartimentos cualesquiera sin que la seguridad del buque se viera comprometida en forma alguna.”
El 31 de mayo de 1911 tuvo lugar la botadura del barco. No estaba aún equipado con sus características cuatro chimeneas ni con las calderas o motores. De junio 1911 hasta finales de marzo de 1912, más de tres mil carpinteros, técnicos, electricistas, fontaneros, pintores, mecánicos-jefe y diseñadores de interiores se afanaron en equipar al Titanic con la última tecnología marítima y los accesorios y muebles más suntuosos. 
La exposición recrea algunos de éstos espacios, en particular un camarote de Primera clase con todo tipo de comodidades y confortables muebles para 1912. Nos llamó la atención tanto la luz eléctrica (en primera y segunda clase) como las válvulas que permitían el uso del agua caliente y fría en sus bañeras en las que, además, se contaba con un pomo elevado que permitía desaguarlas sin necesidad de volver a meter la mano en el agua sucia.
Rodeando al camarote de primera, una amplia colección de objetos recogidos del lugar del hundimiento: billetes y monedas (sobre todo americanos, tanto estatales como de la Banca privada que podía emitirlos), vajilla, artículos de baño (navajas y jabón de afeitar Williams), 
Una de las cosas más sorprendentes es un medallón cuyo motivo, en lugar de una gema es ni más ni menos que una moneda romana original de época de Antonino Pío. La exposición también incluye una reproducción de un camarote de tercera clase, con cuatro camas en litera. El pasajero que viajaba aquí debía pagar en torno a 27 libras (unos 450 € actuales) en franca comparación con las 3.500 libras (unos 45.000 € de ahora) de los viajeros de primera.
Y lo demás, es cosa sabida. La orquesta toca mientras el barco se hunde. Los pasajeros tratan de bajar a los botes salvavidas. El capitán Smith se ve superado por la situación. El pánico se sucede. Muchos botes bajan medio vacíos. Las mujeres y los niños primero. Hay despedidas. Hay lloros. La mujer del millonario Isidor Strauss (propietario de Macy's) se niega a abandonarle después de 40 años de matrimonio. Muchas parejas se rompen, muchos niños quedan huérfanos.
Wikipedia lo explica así: Muchas fotos e ilustraciones muestran al Titanic alcanzando un ángulo de 30°. Actualmente se cree que la nave se partió en dos en un ángulo mucho menor: de tan solo 11º, y que se partió de forma gradual, empezó a partirse empezando por las cubiertas inferiores entre la 3ª y 4ª chimenea, cuando la zona de la rotura estaba ya cubierta por el agua, la proa totalmente inundada y con un empuje hacia abajo considerable empezó a partir el casco en sentido contrario al que se estaba haciendo hasta el momento, aplastando las cubiertas superiores y produciendo un corte limpio en la quilla, se produce la rotura del casco al nivel del mar o debajo del agua, la popa cae levemente solo hasta que la proa aún unida se hunde colocando la sección de popa una posición casi vertical. Una vez separadas la sección de popa se da la vuelta de casi 180º sobre sí, permanece un minuto inmóvil (según testigos) y finalmente se hunde en el océano.
Ninguno de los integrantes de la banda sobrevivió al naufragio (...). Algunos testigos dicen que la última canción fue «Nearer, my God, to Thee» («Más cerca, oh Dios, de ti»). Por otro lado, existen tres versiones de dicha canción y nadie exactamente ha podido confirmar cuál de ellas se interpretó, o si realmente fue ésa la última. El cuerpo de Hartley fue uno de los que se recuperaron y pudieron ser identificados. Su funeral en Inglaterra contó con la presencia de miles de personas. A pesar de ser considerado como un héroe en su país, la naviera White Star Line le cobró a su familia por el coste de la pérdida de su uniforme.
En la exposición se han hallado, a este respecto, un clarinete y algunas partituras entre las que destaca "Kiss me, my honey, kiss me" cantada con gran éxito por la pequeña Amy Butler y con letra y música de Irving Berlin y Ted Snyder.
El Carpathia llegó a las 04:10 h. Hacía ya horas que el Titanic había desaparecido bajo las aguas. El Californian fue vilipendiado por no acudir al rescate, dada la cercanía de su posición. El capitán del Carpathia fue condecorado repetidamente. Poco más de 700 supervivientes se aferraron a sus vidas en su cubierta.
Las noticias que se publicaron sorprendieron a medio mundo. Cómo podía haber pasado todo esto... Tras el desastre se instituyeron nuevas normas de seguridad para los viajes transoceánicos, con más plazas de botes salvavidas, con simulacros periódicos, patrullas de hielo... J. Bruce Ismay, el constructor y último responsable de la desgracia (le fue solicitado por dos veces por el capitán reducir la velocidad) sobrevivió y pasó el resto de su vida amargado (espero).
La civilización está cimentada en los avances de la ciencia y la tecnología, pero en ocasiones dichos avances se sustentan en la bondad de tal número de piezas y/o situaciones que pueden dar al traste con las mejores obras del hombre en su incesante lucha por el progreso. Esas mismas ciencia y tecnología permitieron, muchos años después, rescatar el Titanic. O al menos muchas de sus piezas.
Los restos del naufragio del Titanic descansan a aproximadamente 400 millas náuticas (740 kilómetros) al sudeste de Newfoundland, bajo 3.800 metros de agua y soportando presiones de 421 kilos por metro cuadrado. Fueron descubiertos el 1 de septiembre de 1985 por un equipo de científicos liderado por el Capitán Jean-Louis Michele del IFREMER, el Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar, y el Dr. Robert Ballard, perteneciente en aquel entonces al Instituto Oceanográfico Woods Hole.
A partir de aquí, numerosas expediciones han ido sacando a la luz lo que allí pervive (en la foto, sobre el lecho del Atlántico, las famosas fuentes de horno de la vajilla del Titanic, ordenadas tal cual debieron permanecer en un histórico armario ya podrido). En la exposición se cuenta con una parte del sumergible Nautile con el que se consigue explorar el fondo marino y que incluye cámaras robóticas para acceder a los lugares más complicados.
Se han sacado numerosos objetos del naufragio. Sorprende saber que todo aquello que estuviera protegido por el cuero se ha conservado relativamente bien, incluyendo papel o madera (por ejemplo, bolsas de cuero del equipaje de los pasajeros, como las famosas bolsas Gladstone). De ahí la excepcional conservación de naipes, cartas, postales, billetes, etc.
Y se han recuperado muchas cosas de numerosos viajeros. Por ejemplo, el muestrario de perfumes que llevaba Adolphe Saalfed, quien sobrevivió al desastre. Ahora se han hallado sus muestras, que guardan todavía tanto el aroma como la identificación de sus etiquetas.
Muchos de los pasajeros tuvieron la mala suerte de que una huelga de trabajadores del carbón, siendo redirigidos al Titanic. Tal fue el caso de Edgar Samuel Andrews, argentino, quien falleció después de escribirle a su amiga Jane sobre el cambio de barco.
En fin, múltiples historias que son ahora recuperadas por la empresa RMS TITANIC INC (http://www.titanic-online.com/) que se dedica a la recuperación del material del Titanic, a su exploración científica y a la exhibición de todo ello con fines lucrativos, pero también de financiación de las expediciones.
Sin embargo, no existen técnicas de conservación para preservar el propio barco, que éstá siendo consumido lentamente por microorganismos que se alimentan de hierro. Los científicos prevén que en un plazo de entre 40 y 90 años el Titanic se colapsará y se degradará casi completamente. Sacarlo a la superficie es imposible (la pieza más grande que se ha extraído fue una parte del casco de 17 toneladas de peso en 1998 y costó muchísimo).
El Titanic forma parte, como decía, del imaginario común de nuestra sociedad. No fue el mayor desastre de la historia de la navegación (hubo otros, incluso posteriores, con mayor número de víctimas) pero sí el más mediático y, por ello se ha convertido con derecho propio en uno de los hitos que la historia marcará para el siglo XX.
Mientras tanto, el enorme buque espera, desintegrándose poco a poco, a 3800 metros de profundidad a que se rescaten todos sus tesoros. Algo con lo que, por cierto, no estaba nada de acuerdo una de las supervivientes del naufragio, la niña Eva Miriam Hart (1905-1996), cuyos padres murieron aquella noche de abril de 1912. Ella consideraba al Titanic una tumba y llamaba saqueadores y buitres a quienes se dedicaban a la extracción de piezas.
