Cerebra

Libros y cómics que he leído recientemente y que merece la pena mencionar


Trilobites. Testigos de la Evolución, de Richard Fortey


Fortey es un excelente divulgador, a la altura de Bill Bryson y logra hacer entretenido y apasionante un libro dedicado a los trilobites, con apariciones especiales de Thomas Hardy o Stephen Jay Gould. Anécdotas impagables y amor absoluto a su profesión y a los miles de géneros y especies de los desaparecidos trilobites.






La Vida Nueva, de Orhan Pamuk

Con "Me llamo Rojo" me cautivó, pero con La vida nueva me ha decepcionado  bastante. Es cierto que no es un libro para leer en el autobús, que requiere su tiempo y que algunos párrafos dejan boquiabierto al lector por su elegancia e imaginación, pero es fácil pasar de boquiabierto a bostezante y, aunque el MacGuffin de toda la historia sea, posiblemente, el mismo libro que estás leyendo, no acaba de cuajar. Eso sí, que placer volver a recorrer Turquía de la mano de Pamuk.






Las Garras del Águila, de Simon Scarrow

Scarrow es un verdadero maestro de la novela histórica, este tercer libro de la Saga de Macro y Cato es apasionante y muy bien escrito. Aunque se saque de la manga personajes carismáticos de la época como a Vespasiano, Vitelio o Boadicea, lo que en otras novelas sería una pérdida de confianza en el escritor, en éste se vuelve un ingrediente más de un plato de lujo.






Antonio y Cleopatra, de Colleen McCollough


McCollough ha dicho que éste es el séptimo y último libro de su gran saga de la República Romana y aunque sea un digno final, a los lectores como yo, que sienten como propios estos libros, nos llena de pena. En esta ocasión, Planeta ha recuperado los derechos de la Saga (surrealista que El Caballo de César lo publicase Zeta, la muerte del personaje principal de los 7 libros publicado por la competencia) pero lo ha hecho utilizando una traducción pésima. Quizá por eso este libro sea más flojo que los anteriores, pero es que estamos hablando de la serie de novelas sobre la antigua Roma más apasionante y ambiciosa, una delicia continua que se lee con un interés que muy pocas logran. Es verdad que la autora es parcial y en ocasiones es casi una hagiografía de César (o, en este caso, de Cesarión) pero... qué más da. Todas y cada una de sus páginas son una maravilla que abre puertas a universos desaparecidos pero tan reales¡


El secreto del Calígrafo, de Rafik Schami


Schami me deslumbró literalmente con su visión de Damasco de "El Lado Oscuro del Amor" y ahora continúa en su labor de dar una visión auténtica y pasional de su Siria natal, con el típico comportamiento del exiliado (en Alemania) hablando de su patria mejor de lo que lo hacen sus contemporáneos. En este caso, con otra gran historia en la que Damasco vuelve a ser otro personaje más de la novela, además de las esperables historias de amor, amistad, odio, política, religión, familia... y aderezado con las pequeñas historias de personajes tan características de este autor. Como siempre, excelente.


Ven y dime como vives, de Ágatha Christie Mallowan


Casada por segunda vez con el arqueólogo Max Mallowan, Ágatha Christie se desplaza con él a los yacimientos de Siria y Turquía y nos cuenta sus aventuras a la inglesa, con mucho personaje triunfante por aquí y diálogos escuetos y cínicos allá. Pero el análisis que hace en segundo plano de la sociedad árabe anterior a la segunda guerra mundial es fascinante. No sólo es un libro muy divertido. Es un libro del que aprender, del que sorprenderse, del que meditar. Que un librito tan sencillo como éste, escrito sólo para distraer, consiga tantas cosas dice mucho de su calidad.




Augusto, El primer Emperador, de Anthony Everitt

Es curioso cómo las decisiones tomadas por una persona hace un par de miles de años nos siguen influenciando hoy en día. Y lo más curioso de todo es que, el primer emperador del Imperio Romano (el autor utiliza en el título del libro el nombre que a propósito evita a lo largo del mismo; Augusto no lo hubiera entendido) sea una figura conocida y desconocida a la vez. Esta gran biografía ayuda a bosquejar una personalidad interesante, que no ahorra descripciones valientes y que no se presenta ni como una hagiografía ni como una crítica despiadada, quedándose en el adecuado equilibrio que una persona tan fascinante como César Octavio, Octaviano o Augusto merece.



El río secretode Kate Grenville

No puedo negar que fue la preciosa portada del libro (sobre todo ese pajarillo australiano) lo que me decidió a comprarlo, junto con una historia en la que se mezclaba el Londres de Dickens y el viaje a territorios inexplorados. Desde luego, la novela no decepciona, es entretenida y la lees con agrado y ganas de ver qué pasa. Pero es una novela más, con momentos muy conseguidos (en particular, la descripción de Londres) y que revela a los que lo desconocemos, aún con personajes arquetipos y estereotipados, lo cruento que pudo ser la conquista del mundo tal y como lo conocemos hoy. Y lo que se perdió de paso, empezando por la propia dignidad humana.


 El Cuento del antepasado, de Richard Dawkins


Al final de su magnífico libro, Dawkins deja hablar a Thermus aquaticus, una modesta eubacteria que resume, en el único párrafo que deja al albur de los verdaderos cuentos, una de las ideas del libro: "Si probaseis a probar la vida dede nuestro punto de vista, vosotros, eucariotas, dejaríais inmediatamente de daros tantos aires. Vosotros, simios bípedos, tupayas rabonas, sarcopterigios desecados, gusanos vertebrados, esponjas con exceso de genes Hox; vosotros, eucariotas recién llegados, congregaciones apenas reconocibles de una parroquia monótona y exigua, sois poco más que una extravagante espuma sobre la superficie de la vida bacteriana. Al fin y al cabo, las mismísimas células de que estáis compuestos son colonias de bacterias que repiten los mismos viejos trucos que nosotras descubrimos hace mil millones de años. Estábamos aquí antes de que llegaseis y aquí seguiremos cuando os hayáis ido." Es un poco alarmista pero me parece un más que curioso párrafo de uno de los mejores libros de Darwin, cuya genialidad fue descubrir el juego de manos que practica la naturaleza. Y a ello dedica este libro incomparable.


 
Trafalgar / Independencia / El Rey Felón, de José Luis Corral


La narrativa de José Luis Corral ha ido mejorando con el tiempo. Al principio, en El Salón Dorado o en El invierno de la Corona, Corral se limitaba a narrar fabulosamente la historia que quería contar incluyendo sus personajes casi con calzador. Es decir: "Aquel año murió el amor de su vida, Shams. Mientras tanto, el ejército almohade se acercaba..." Pero libro a libro la novela poco a poco ha ido conquistando el espacio de la narración histórica sin perder ese carácter casi divulgativo que tienen sus libros. Las aventuras de Francisco de Faria, conde de Castuera, en Trafalgar, el 2 de mayo en Madrid, los sitios de Zaragoza, la aprobación de la Constitución de Cádiz e incluso en Waterloo es muy entretenida aunque fuerce la situación al límite para asistir a todos esos eventos...Pero a pesar de  que la lectura es agradable, agradecida, al sabor de boca que deja es de desazón: no por la historia (bien narrada, distraída, apasionante) sino por la Historia, nuestra Historia.



Star Wars: Herederos del Imperio, cómic basado en las novelas de Timothy Zhan con guión de Mike Baron y varios dibujantes.

Una preciosa edición en cartoné, muy cara, reúne todas las series basadas en "Herederos del Imperio". La verdad es que el resultado es muy bueno, compacto y, encima, enormemente agradable de leer. Sin embargo, respecto de la edición de Planeta, echo de menos algún artículo de fondo y una mejor traducción y sincronización de textos (el precio lo merece) y respecto a la historia supongo que adaptar tantas historias en un grande pero reducido volumen hace que se pierda el hilo en numerosas ocasiones. Pero personajes como Mara Jade o el Almirante Thrawn dejan tan buen sabor de boca o más que algunos de la trilogía original, muy desaprovechados por otro lado en este entretenido cómic de Dark Horse. Por cierto que los dibujantes no hacen honor al guión...

David Copperfield, de Charles Dickens.

"Si llegaré a ser el héroe de mi propia vida u otro ocupará ese lugar, lo mostrarán estas páginas" así comienza la narración de mil y pico páginas de la vida de David Copperfield, aquel personaje que se convirtió en el favorito de su prolífico autor y que, en algunas ocasiones, parece escrito ayer mismo. Es cierto que hay escenas que no se comprenderían en absoluto en la actualidad pero hay otras partes de este maravilloso libro que sorprenden y emocionan, hay personajes brillantes e inolvidables y, en hay definitva, una historia fácil de caer en la ñoñeria y que sin embargo Dickens mantiene en un equilibrio de sensibilidad, aventura cotidiana y respeto hacia los desfavorecidos.
 

Tiempos difíciles, de Charles Dickens.

Creo que es la primera vez que una introducción a un libro me desanima totalmente a iniciar su lectura. No es que lo califique de la peor obra de Dickens pero sí te deja un regusto amargo que luego es difícil de quitarse de encima. A pesar de ello, las aventuras de los pobres chavales a los que se obliga a estudiar en un mundo de "hechos" repite una y otra vez un mismo esquema pero en manos de Dickens es casi imposible no encontrar personajes o escenas que se quedan grabadas en la memoria.


Los Lobos del Águila, de Simon Scarrow

Mantener un buen nivel de continuo en una saga de libros es difícil; en la mayor parte de las series antes o después la calidad se resiente. Y sin embargo esta cuarta novela de Scarrow de Cato y Macro es incluso superior a sus predecesoras: emocionante y rigurosa, no la puedes dejar hasta llegar a su final y comprobar, con placidez, que te quedan muchos libros más con los que acompañar a estos dos centuriones por el Imperio Romano de Claudio y Vespasiano.



Legionario, Manual no oficial del Soldado Romano, de Philip Matyszak. 
Y ya que he disfrutado tanto con las aventuras de dos centuriones en el siglo primero de nuestra era la mejor elección para continuar con esta ambientación es este precioso libro editado por Akal en el que no sólo aprendes a diferenciar un picto de un parto o a elegir la Legión que como soldado mejor te convenga, sino que lo hace con una ironía sutil a veces y descacharrante otras, mezclando el humor con rigor y con una pasión que pocas novelas producen. Un placer,vaya.




Las Saturnales, de Linsey Davis. 
Atención a la novela nº 18 de la serie de Marco Didio Falco¡ Lindsey Davis ha vuelto a coger el ritmo y mejorar el nivel de los últimos libros de Falco (buenos en líneas generales, pero difíciles de comparar con los primeros de la serie). Éste en concreto es desternillante en ocasiones, entretenido, curioso y con todos los personajes en sus mejores momentos. Tiene que ser divertido documentarse (estoy deseando leer el Falco The Official Companion) y escribir las aventuras de  Marco y Helena Justina...




Charles Darwin: El Viaje / Charles Darwin: El Poder del Lugar, de Janet Browne. 
La Universidad de Valencia ha publicado la biografía más prestigiosa de Charles Darwin, la de Janet Browne. Se trata de dos tocho-volúmenes que suman mil quinientas páginas que, si te interesa la figura de Darwin, se devoran como si fuera un best seller. ¿Cómo entra un biógrafo en la mente de su biografiado de una forma tan absorbente y más teniendo en cuenta que hace más de un siglo que éste murió? El caso es que no sólo hace entretenida la vida de una figura ya de por sí fascinante sino que la retrata desde un punto de vista familiar y humano, detallando cada iniciativa científica y cada nueva motivación. Y no se trata de una hagiografía: Darwin aparece con toda su decencia, su prudencia y su desbordante pasión por la historia natural; pero también con su egoísta comportamiento puntual para quienes le apoyaron (sobre todo al no asistir a sus entierros). Por el libro desfilan personajes que parecen salidos de una novela y cuya realidad plasma la autora con un detalle tal que Lyell, Hooker, Huxley, Gray, Fitzroy, Owen o Henslow salen de las páginas de la biografía para convertirse en compañeros de viaje de la vida de Darwin y de nuestra propia vida, a través de un doble prisma, el del autor del Origen y el de su biógrafa reconstruyendo de paso una época, una forma de vida, un tiempo claramente desaparecido del que para lo bueno y para lo malo somos herederos directos. La figura más importante de la ciencia del siglo XIX tiene una biografía a su altura.

La Cúpula del Mundo, de Jesús Maeso De la Torre.

Es lo que tiene Maeso De la Torre, novelas más o menos entretenidas cargadas de un vocabulario excesivo, ambientaciones correctas, personajes interesantes pero lastrados por una narrativa que quiere ser fluida y se queda en un quiero y no puedo. Muy lejos de su mejor novela (para mi, El auriga de Hispania), esta cúpula del mundo reúne órdenes religiosas, misterios misteriosos y personajes anodinos por lo que lo poco puede ofrecer es crear cierto interés en el lector por un personaje tan interesante como Cristina de Noruega. 


Desde luego, te dan ganas de visitar Covarrubias para ver su tumba...




Guerra y Paz
, de Lev Tolstói.

El Príncipe Andréi Bolkonski mirando al cielo azul y limpio, herido y caído en Austerlitz y planteándose qué quiere realmente de la vida. El cambio de  niña a mujer de Natasha Rostova , de los juegos del amor a la necesidad de ayudar a los demás. La imagen del Conde Bezújov, Pierre, con su oronda y destartalada figura, recorriendo a caballo la desastrosa planificación rusa de la batalla de Borodinó. Dólojov engañando y endeudando a Nicolai Rostov a las cartas. Y Nicolai pasando de considerarse enamorado del Emperador Nicolás a la madurez del soldado experimentado. Los ojos brillantes de María Bolkonskaia, a pesar del sufrimiento y la humillación. Y de fondo los juegos de guerra y los de la paz, las reflexiones humanas del autor, la reducción de la guerra a la simple concatenación de casualidades o de hechos que no se pueden evitar. Una declaración casi general de la inutilidad de la guerra. Una escenificación de un mundo que desapareció según se iba escribiendo.

Y por detrás, los mujics, los obreros, los campesinos, los labradores, los sirvientes, las masas; marcan el escenario principal, Tolstói admite desde el principio que no son ellos los objetivos de su obra (su vida es demasiado repetitiva y sin aliciente, dice) y sin embargo son parte de la historia: luchan contra Napoleón, llevan los carros que transportan los bienes en la huida ante los franceses, hacen el pan o bailan en las heladas noches rusas. Aunque minimizados en la trama a propósito se convierten en el mar de fondo que ocupa las mil y pico páginas de un libro no siempre fácil de leer, con momentos absolutamente brillantes complementados con otros flojos no sé si por la época en la que se escribió o en la capacidad del lector por continuar apasionadamente la lectura.


El águila abandona Britaniade Simon Scarrow.

Curiosa traducción de "Eagle's prey", como pasa a veces con los títulos de novelas de fuera... el caso es que Simon Scarrow se  supera en cada libro de la saga, si bien el cuarto me tocó la fibra, éste mantiene un nivel muy alto en emoción, aventura y caracterización de personajes. Macro y Cato, siempre a mano para pasar ratos de lectura asombrosamente vívidos y certeros.

Ahora nos vamos a Roma acompañados de Vespasiano... la cosa se pone mejor, si cabe.


La Tierra de las Cavernas Pintadasde Jean M. Auel.

Reencontrarse con Ayla y Jondalar supone más alegría que pereza. A quienes resisten libro a libro la saga de los Hijos de la Tierra (muchos cayeron en Las Llanuras del Tránsito), las nuevas entregas ilusionan, por espaciadas en el tiempo que estén. En el caso de La Tierra de las Cavernas Pintadas se repiten argumentos de otros libros (no entiendo porqué para ganar en emoción se reiteran los aspectos clave de "Los cazadores de mamuts"), se suceden una y otra vez las mismas situaciones (oh¡ una mujer con un lobo y unos caballos; Oh¡ que caverna más bonita¡) pero llega un momento en el que uno entra con tanta fuerza en la historia que las páginas se suceden con celeridad, como por otra parte siempre pasa con Auel: terminas viviendo en la prehistoria y viviendo como cambia el mundo y nosotros con él.

Homo hispánico, de Emiliano Aguirre
El profesor Emiliano Aguirre, catedrático y profundo conocedor de la paleoantropología hispana y mundial ha elaborado un libro interesantísimo pero fallido, pues se queda a medio camino entre el libro divulgativo y la obra científica, sin llegar a posicionarse nunca en uno de los lados claramente. De ahí, que para los que busquen una lectura cercana a lo que Juan Luis Arsuaga, por ejemplo, suele realizar no lo encontrarán pues hay capítulos con demasiados tecnicismos, redactados como si de manuales universitarios en pequeño se tratara, con listados inasumibles para una lectura didáctica de yacimientos, modos, ambientes, etc. .Y por la misma razón, no sé si será viable para un universitario, quizá sí como libro de inicio o de consulta puntual pero no para la ampliación de lo estudiado en clase, que es probablemente lo que se ha trasladado a este libro técnicamente apasionante pero de difícil venta como divulgativo.

El leopardo del Atlas, Salsero y otras andanzas, de Pancho Purroy
El estilo literario de Pancho Purroy es encantador, divertido y hace apasionante lo que en otros libros se quedaría en un mero relato de un viaje. Los primeros capítulos, su autobiografía, la experiencia de Salsero y su estancia en América son muy interesantes, pero es con la descripción social, ecológica y humana de Marruecos en pos de los últimos leopardos del Atlas cuando el libro alcanza elevadas cotas de entretenimiento, interés y pasión por lo que se transmite logrando todos sus objetivos: hacer reír puntualmente, soñar con los ojos abiertos con los cedros del Atlas, sufrir por las penalidades de las dignas gentes de los pueblitos marroquíes, desanimarse por el negro futuro de muchas especies de la zona y sorprenderse por la pervivencia de uno de los más interesantes felinos salvajes que campean por nuestro mundo.


La prisionera de Roma, de José Luis Corral 


Un buen libro para pasar el verano encandilado por los atardeceres de Palmira, por la información y curiosidades del Imperio Romano del siglo III, por personajes interesantes (Aureliano, Zabdas..) y una ambientación bastante conseguida. José Luis Corral ha dejado atrás su estilo más historiador que novelista, el de sus inicios, para convertirse en un novelista que aporta datos y recrea escenarios desde una posición más de experto que de aficionado informado.Y lo hace muy bien.
Sólo le falla, precisamente, su Zenobia, demasiado idealizada, bella, inteligente, admirable. Sin duda lo fue, pero es difícil sentirse identificado con un personaje casi perfecto. Pero es un pequeño detalle en un libro bastante bueno, la verdad.

Los Muertos Vivientes, de Robert Kirkman, Tony Moore y Charlie Adlard
La edición integral de lujo de The Walking Dead que ha publicado Planeta de Agostini es lo que todo aficionado al cómic quiere tener; todos los números de cada tomo correlativos, con las portadas en color y comentadas por los autores (si bien los comentarios aportan bien poco al conjunto), bocetos, introducciones... una edición de verdadero lujo encuadernada en un formato verdaderamente bueno.
Y, por supuesto, la historia, donde los muertos vivientes no son más que una excusa para contar historias de gente normal al límite, donde los zombis forman parte del paisaje y donde Rick Grimes y compañía no son más que lo que ellos mismos terminan comprendiendo en un momento impactante de la historia: ellos mismos son los muertos vivientes.


Dry Store Room nº 1. The Secret Life of the Natural History Museum, de Richard Fortey.
El maestro de la divulgación científica publicó hace un par de años esta declaración de amor al oficio de científico o, más concretamente, al de taxónomo. Declaración que se hace extensiva a uno de los museos más apasionantes del mundo, el de South Kensignton en Londres, que vive como todas las instituciones de índole similar un momento clave en su andadura: la sustitución de los tradicionales científicos dedicados a la observación y la ordenación por otros nuevos basados en las bases de datos y el software de última generación. Entre un sinnúmero de anécdotas de expertos científicos del museo (desde aquel despistado que iba a trabajar en vacaciones con la familia en el coche esperando a salir al experto desintegrador de carne de ballena), desfilan por el libro los grandes phyllum de los seres vivientes y las historias de fósiles y minerales que tanto le gustan al autor. Todo ello empaquetado en un libro delicioso que resulta ser el almacén privado del autor, repleto de cosas antiguas valiosas pero sin valor, el Dry Store de Richard Fortey, ya jubilado pero aún dando el cayo en el Museo donde ha trabajado toda su vida viendo como las cosas cambian y tratando de adaptarse a ellas dando lo mejor de sí mismo.


El arqueólogo, de Martí Gironell

La verdad es que es una pena que Gironell mezcle una trama patética y forzada sacada de cualquier novelilla barata en medio de la más que apasionante vida y aventura de Bonaventura Ubach. Este monje de Montserrat recorrió Oriente Medio siguiendo las pautas y los caminos de la Biblia y encontró un mundo a punto de desaparecer y del que aún podemos disfrutar gracias a sus libros de viaje, a sus fotografías y a libros como el presente, de lectura rápida e interesante, cargada de anécdotas curiosas e historias entretenidas pero que falla en lo más básico: en vez de hacer creíble a un personaje real (lo consigue a menudo) lo convierte en actor de pacotilla de una trama de reliquias y ancestrales guardianes de nosequé moñadas.


Riña de Gatos - Madrid 1936, de Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza recupera el sentido de la maravilla, el estilo sorprendente, divertido y apasionante de La verdad sobre el caso Savolta o La ciudad de los prodigios. Un prodigio esta Riña de Gatos, aún con un final un tanto deshinchado, pero resulta entretenida y no te deja abandonarla hasta llegar al final. La odisea de Anthony Whitelands por la España de 1936 invita a pasearse por la novela a múltiples personajes que debieron quedarse en la ficción pero que modelaron el futuro de nuestro país en un estilo muy alejado del que podría haber tenido en manos de escritores tan brillantes como Mendoza.

en casa: una breve historia de la vida privada-bill bryson-bill bryson-9788490060940En casa. Una breve historia de la Vida Privada, de Bill Bryson

Bill Bryson lo ha vuelto a hacer. "Una breve historia de casi todo" pronto se convierte en el libro de cabecera ideal: científicamente magnífico y literariamente divertido. Pues bien, "En casa" es lo mismo pero enfocado a la historia de todo lo que nos rodea y de lo que no somos conscientes de su valor. Tiene tantas historias y anécdotas este libro que sería tonto poner una como ejemplo, pero baste decir que trata de sirvientes ingleses, de epidemias, de arquitectura, de millonarios americanos, de teléfonos, de párrocos ingleses, de bombillas, de ácaros, de ventanas, de desvanes, de la infancia, del origen de los alimentos, del hielo, de escaleras, de pelucas, de la Torre Eiffel... y de un tan largo etcétera que me dan ganas de volver a retomarlo.


Africanus, el hijo del Cónsul; Las legiones malditas y La traición de Roma, de Santiago Posteguillo

Casi sin darme cuenta he pasado dos o tres meses en la Roma republicana, en la época de las guerras púnicas. Hemos tenido como guía a Santiago Posteguillo y me ha demostrado que tiene un conocimiento portentoso del tema, pero lo mejor es que se compromete emocionalmente con quienes le seguimos y nos ha enseñado tantas cosas y nos las ha hecho vivir de una manera... 


La verdad es que han sido unos días maravillosos en los que nos han presentado a personajes inolvidables, a quienes todos decíamos conocer pero que sorprenden al verles cara a cara. Escipión y Aníbal son los que merecen el protagonismo, sin duda, pero hay otros, hay tantos otros que en estas pocas líneas no puedo sino recordar como un listado de nombres (Lelio, Catón, Fabio Máximo, Maharbal, Sofonisba, Emilia, Antíoco III, Eumenes II, Sífax... ¡Plauto¡). 


Pero lo mejor es haber recorrido tantos hechos casi míticos pisando la tierra real donde sucedieron: Cannae, Zama, Magnesia... y sentir como las murallas de Qart Hadast, las de Locri, las de Siracusa, las del mismo Cartago se imponen ante nosotros. 


Y hemos sentido miedo, sí señor, y angustia y tensión. Pero también nos hemos reido en el teatro y sentido orgullo ante el honor demostrado por muchos de los que hemos conocido, que iban desapareciendo según se desarrollaba el viaje. Éste acabó con una copa de vino de Bitinia frente a un espectacular paisaje, como los de Apamea, los de Pérgamo, Cartago, Alejandría o Numancia. O como el de la misma Roma que como en un sueño hemos pateado durante semanas en una feliz recreación destinada a ubicarse en las mejores estanerías y en los mejores recuerdos.




 Libertad, de Jonathan Franzen


Desasosegante, no se me ocurre otra palabra mejor para definir la que muchos tildan de obra maestra de Jonathan Franzen. No puedo negar que es un libro absorbente, con momentos de gran emotividad y de apasionante lectura. No puedo negar que da estopa a todos, que hace tambalear las ideas propias y las ajenas, que aclara para los europeos lo que la libertad significa para los estadounidenses, que deja un regusto dulce tras ciertas horas de amargor. No me ha parecido esa obra maestra que dicen pero... ¿por qué no hago más que buscar información sobre ella? ¿por qué voy a comprar Las correcciones? El libro, los personajes, la historia: la verdad es que me convencen. Estoy deseando ver una Reinita cerúlea, por cierto. 

Escalando el monte Improbable, de Richard Dawkins


Como siempre, una lectura que intercala capítulos divulgativos, entretenidos y sorprendentes con otros de complejidad creciente, la misma complejidad que lentamente va haciéndose paso en la escalada del monte improbable, aquel que representa el cambio evolutivo al que la selección natural y la mutación han llevado a las especies con las que compartimos este mundo. Dawkins aprovecha ejemplos difíciles (los ojos, el vuelo) para dar al traste con teorías creacionistas demostrando que incluso las más altas cimas del monte improbable son factibles a la luz de la ciencia, siempre que utilicemos los caminos adecuados: posiblemente, los más sencillos y de menor pendiente, nada de abruptos desfiladeros ni ascensos meteóricos. El ejemplo de los higos y las avispas es absolutamente impresionante (imposible resumir) como lo es el mensaje que el ADN de cualquier especie tiene como "objetivo": duplicarse para perseverar. Si la selección natural le deja, claro.


Guía de la Roma Antigua, de George Hacquard

Entretenido y fallido, quizá por haber sido escrito hace bastantes años y no acogerse al estilo divulgativo actual. La historia de la Roma monárquica, la republicana, el Imperio y el Bajo Imperio contado desde una perspectiva global y sencilla, con cientos de datos transmitidos como si de los apuntes de una asignatura de la Universidad se tratase.
Algunos de esos datos son sorprendentes y curiosos y tras leerlo todo se torna claro: las razones del alza y la decadencia pero también que otro enfoque le hubiera venido mejor. Pero es fácil decirlo desde la distancia.
Alejandría, de Lindsey Davis

Falco y Helena Justina recorren la Biblioteca de Alejandría, el Zoo, el Serapeum y por supuesto por el Faro, llevando a cabo una reconstrucción de aquella fascinante ciudad y de su época romana, que suele estar menos presente en la novela histórica. Divertido en ocasiones, mantiene el nivel de la serie que, por lo que se ve, cambia radicalmente en la siguiente novela. 

Pompeya, de Mirella Romero Recio

Lo mejor de este libro divulgativo no es la descripción de la erupción del Vesubio o de la vida en la ciudad (por cierto, una pena que no profundice más en las maravillas de Herculano u Oplontis), que está bastante trillado y visto. Lo mejor es la descripción del redescubrimiento del yacimiento, las historias de los viajeros ilustres, las curiosas novelas basadas en la historia... la mujer de la villa de Diomedes estaría encantada con ello. Aún así está muy, muy bien escrito.



Los ladrones del Cordero Místico, de Noah Charney                                      Si vas a Gante, es imprescindible que antes te leas este libro. De esta forma, la visita a la catedral de San Bavón se convertirá no sólo en uno de los puntos fuertes del viaje sino que a la maravilla que representa el llamado Retablo de Gante se le unirá el conocimiento íntimo de las vicisitudes que la historia ha hecho padecer a la obra de Jan van Eyck (¿y Hubert?). Que un ensayo se convierta en un libro emocionante no se puede decir que pase todos los días. Pues este, lo hace. Y asombra sentir como  dudas de que se salve la obra en alguno de los episodios que el libro detalla... aunque la hayas visto¡ Qué buen libro, sí señor.
Mil otoños, de David Mitchel                                                                                                                                                                                                En algunas ocasiones tienes mucha suerte y una novela te atrapa y te traslada a una historia y un ambiente que revives mientras no estás leyéndola. Es de ese tipo de novelas en las que se mezclan ingredientes de amor, humor, aventura, desdicha, honor, exotismo, realidad. Y todo esto se encuentra en los Mil Otoños de Jacob de Zoet, la gran novela de David Mitchel, que te deja con ganas de más obras del autor.
El primate que quería volar, de Ignacio Martínez                                                                                                          La compleja saga de la evolución humana obliga a redescubrir de vez en cuando los avances realizados en los últimos tiempos en su devenir histórico, las nuevas asignaciones, los nuevos fósiles, las nuevas agrupaciones. Y si a todo ello se le aporta una pizca de biografías curiosas, un pelín de pasión por el yacimiento más importante de nuestro país y una lectura clara y sencilla nos encontramos con un digno heredero de La especie elegida y el resto de obras de Martínez (y de Arsuaga) que han visto la luz desde los años 90.