6 de marzo de 2011

11 cosas que hacer en Brujas

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Decidimos pasar un día en Brujas, la ciudad que todo el mundo tiene por maravillosa, opinión con la que no podemos estar más de acuerdo. Y eso que al principio quedamos bastante decepcionados, pues encontramos un poco más de lo mismo…hasta que se convirtió, simplemente, en algo más. Todo gracias a las sensaciones que regalan la Plaza del Mercado o el lago del Minnewater (en la foto superior).

P1240945 Así que cogemos un tren desde Bruxelles Central hacia Ostende, que para en Brujas alrededor de una hora y poco después de salir. Nos quedamos con ganas de bajar en Gante pero seguimos hasta Brujas, donde nos espera un día muy completo recorriendo las calles de una ciudad que vivió su época dorada en la Edad Media y una decadencia posterior de varios siglos que, sin embargo, ha preservado para el presente lo mejor de aquella época. Recorrer Brujas merece la pena, pues se puede admirar el cuidado con el que se mantienen y restauran edificios y ambientes que en otras ciudades hubieran desaparecido mucho antes.

Así que dedicamos todo un día a patear la ciudad, a visitar algún museo interesante, a llegar hasta los molinos de viento y a comer en un restaurante precioso. Lástima que, siendo enero y a pesar del buen tiempo, los canales no permitieran la navegación: nos faltó el postre en un menú riquísimo… Recorramos de nuevo, pues, Brujas.

I. Minnewater

P1240990Oímos hablar del Minnewater como el Lago del Amor, pues Minne en neerlandés tiene el significado de amor y, además, este lugar es realmente bonito y podría fácilmente atildarse de romántico. Sin embargo, Minne tiene otro significado en neerlandés: público o común. Y es que este precioso lago fue tiempo atrás el embarcadero de los navíos que hacían el recorrido entre Gante y Brujas, una zona portuaria de utilidad pública.

P1250003Ahora, gaviotas reidoras, pollas de agua, patos y hasta un somormujo lavanco que se acicala en sus tranquilas aguas son los habitantes de un lugar que los turistas (que prefieren con mucho el nombre de Lago del Amor) rodean continuamente.

También aparecen numerosos cisnes, que aunque sean más que habituales en cualquier lugar del norte, en Brujas tienen una connotación especial. Maximilano de Austria es uno de los nombres que se repiten en muchos rincones de Brujas. Sucesor de María Borgoña, pretendió en su momento imponer un nuevo impuesto a los habitantes de la ciudad. P1240985Éstos se levantaron en armas, le encerraron en la Plaza Mayor y decapitaron a su valido, Pieter Lanchals (cuello largo). Cuando volvió al poder, obligó a las autoridades a mantener por siempre cisnes en sus canales.

A un lado del lago se alza la Torre de la Pólvora (Poertoren), un antiguo depósito de pólvora para fusiles y parte de la muralla antigua de Brujas. La vista desde el puentecillo que une la orilla con la Torre de la Pólvora da al Minnewater, proporcionando un gran placer a la vista.P1240987

II. Begijnhof

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Muy cerca de Minnewater está el Convento de las Beginas. La entrada desde el Puente que proporciona uno de los accesos indica que fue su portal fue construido en 1776 pero el convento data realmente de 1245, cuando fue fundado por Margarita de Constantinopla, Condesa de Flandes. Aquí vivieron durante mucho tiempo monjas y beginas, mujeres que trabajaban para sobrevivir mientras eran acogidas en las casas del convento.

P1250009 No tenían el mismo voto que las monjas, pues en cualquier momento podían abandonar la comunidad, pero sí vivían en un ambiente de caridad y de trabajo, lavando ropa o lana en los canales cercanos.

Hace mucho que ya no hay beginas, pero monjas sí. Y por eso se mantiene la capilla y hasta un museo que explica la razón de ser de estas instalaciones tan habituales en los Países Bajos.

Al lado del Convento de las Beginas se encuentran varias Casas de Dios, perfectamente complementarias al Convento de las Beginas. Se trata de pequeños barrios residenciales construidos en la Edad Media para ancianos o enfermos, originariamente del gremio de los artesanos, quienes fomentaban la construcción de estas casas con la condición de que sus habitantes rezasen por las familias que habían financiado su construcción. Hoy en día están restauradas y modernizadas pero siguen viviendo numerosos ancianos en ellas.

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III. Restaurante Maximilaan Van Oostenrijk

Muy cerca del Convento de las Beginas, una vez cruzado el puente que da acceso a la Puerta de 1776 se halla uno de los más bonitos y encantadores restaurantes de Brujas, el Maximiliano de Austria (http://www.maximiliaanvanoostenrijk.be/). No resulta excesivamente caro y la comida es deliciosa. P1250013Nos decidimos por los platos más típicos de la zona, como los mejillones y el Waterzooi.

De primero, una Degustación de Moules de Zéelande à l’ail, es decir, unos mejillones en una salsa verde de ajo sorprendentemente suaves –primera foto-. Y de segundo, el tradicional estofado belga, un sabrosísimo Waterzooi de pollo a la manera de Gante P1250017(la traducción de Waterzooi es algo así como “lío acuoso”) –segunda foto-.

Por otro lado, tomamos Paté Maison au poivre vert añadiendo como segundo unas buenísimas Carbonnades flamandes pochés à la biére Leffe, o lo que es lo mismo, un típico estofado flamenco de carne a la cerveza (marca Leffe, para ser más exactos) y P1250018servido con patatas fritas, por supuesto –tercera foto-.

Un postre basado en dulces y flanes coronó la comida en el Maximilaan Van Oostenrijk, pero no tomamos café o chocolate pues había otras muchas opciones en la ciudad para hacerlo. Preferimos continuar nuestro recorrido hacia.

IV. Hospital de San Juan e Iglesia de Nuestra Señora

P1240963 P1240965 El antiguo Hospital de San Juan permaneció activo entre el siglo XII y el XIV. Se trata de uno de los albergues más antiguos de Europa, donde se cuidaba a a enfermos, ancianos y peregrinos cansados. En él por ejemplo se trató al pintor Hans Memling y por ello se muestran ahora en él algunas obras del mismo.

Enfrente está la Iglesia más famosa de Brujas, la de Nuestra Señora, cuya torre de 122 metros es uno de los símbolos de la ciudad. El que estuviera cubierta de andamios para su restauración devaluó un poco la vista de una Iglesia que guarda una Virgen con niño de Miguel Ángel y los mausoleos de María de Borgoña y de su padre, Carlos el Temerario, simpares gobernantes de la Edad de Oro de Brujas (ella menos, que murió con 25 años al caerse de un caballo en una cacería). Por cierto, que justo al lado se ubica la Plaza de Guido Gezellplein, con una estatua en el centro que recuerda al sacerdote y poeta flamenco del siglo XIX homenajeado en muchos otros lugares de la ciudad.

P1250034V. Museo Groeninge

El Museo de Bellas Artes es el más importante de la ciudad pues guarda algunas obras fundamentales de los primitivos flamencos. Nombres de importancia como Van Eyck, Memling, Brueghel, el Bosco, Petrus Cristus o Gerard David. (http://www.brugge.be/internet/en/musea/Groeningemuseum-Arentshuis/Groeningemuseum/index.htm). Ahora está en plena restauración, pero hay una exposición con las obras maestras más importantes de su colección, entre las que destacan, las de Jan Van Eyck “La Madonna con el Canónigo Van der Paele (detalle y realismo primitivo en esta obra encargada por el canónigo Joris Van der Paele en 1436) así como el retrato de la esposa del pintor, Margaretha Van Eyck (33 años tenía en 1439 cuando la pintó; el autorretrato de Van Eyck, pareja de éste, se ha perdido); así como un Juicio Final de El Bosco, uno de sus temas recurrentes.

VI. Plaza Van Eyck (Jan van Eyckplein)

Los habitantes de la Edad Media entraban a Brujas por aquí. Entraban por barca a través de los canales y debían parar en la Plaza dedicada a Van Eyck para pagar la aduana de los productos que iban a llevar a vender al mercado. P1250090

VII. Plaza del Mercado / Markt

P1250045 Y es aquí donde Brujas se vuelve gloriosa. La Plaza del Mercado es verdaderamente imponente, sobre todo por el inmenso campanario medieval, el Belfried, que la domina. No es una iglesia, ni el Ayuntamiento ni nada por el estilo: es un símbolo. Un símbolo de la grandeza de una época en la que Brujas podía dignarse a tener un campanario con reloj de más de 80 metros de altura (un incendio en 1741 acabó con la aguja de la parte superior de la torre).

Se puede subir hasta el carillón, 322 escaleras. No lo hicimos por la hora (ya cerraban) pero nos quedamos con las ganas. A cambio, recorrimos la Plaza del Mercado, pues cada edificio de la misma tiene interés.

El edificio neogótico de la izquierda (mirando al Belfried) es el Consejo Provincial. Sede del gobernador de Flandes Oeste, es un edificio del siglo XIX que no destaca para mal en el ambiente medieval de la plaza. Sustituyó a un tradicional edificio frente al que se situaba un histórico mercado de pescado y mejillones.

P1250051Agradables terrazas y cafés rodean la estatua central de la plaza, dedicada a dos héroes nacionales de la guerra contra Francia, Jan Breydel y Pieter de Coninck, erigida en 1887 en pleno revisionismo romántico-histórico.

Y a la derecha del Belfried, la Casa Cranenburg, desde donde el humillado Maximiliano de Austria vio decapitar en 1488 a su consejero Pieter Lanckhals “cuello largo” como se comentó un poco más arriba.

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La plaza del mercado se considera el corazón de la ciudad de Brujas: es animada, luminosa a pesar del cielo gris, bella y amplia. Es una plaza mayor típicamente flamenca, abierta, diversa, entretenida.

VIII. BurgpleinP1250058

Muy cerca de la Plaza del Mercado se encuentra otra de esas visitas necesarias en Brujas, la Plaza del Ayuntamiento. Y es el edificio del Ayuntamiento, uno de los más antiguos de los Países Bajos (se construyó entre 1376 y 1420).

P1250060Es de estilo gótico y engrandece la pequeña plaza a la que da nombre. Por cierto, que en este lugar comenzó la historia de Brujas, con un primitivo castillo construido para defenderse de los invasores normandos.

En el edificio del Ayuntamiento destacan, en su fachada, toda una serie de esculturas dedicadas a grandes personajes de la historia de Brujas y de Flandes en general: héroes, condes, duques, etc. así como de personajes bíblicos. En la foto superior se sitúa, a la izquierda del Ayuntamiento, la antigua Secretaría, con una imagen del rey Salomón coronando una restauración reciente merecedora de varios premios.

P1250059Enfrente, por cierto, hay un pequeño parquecillo con árboles y una obra de arte moderno un tanto estrambótica. Se trata del espacio vacío dejado atrás por la antigua Catedral de San Donato (que tenía una capilla similar a la de Aquisgrán, que a su vez es similar a la de Santa Sofía). Los franceses, en su última invasión, no dejaron nada de ella en 1800.

A la derecha del Ayuntamiento, otro edificio famoso de la Brujas medieval: la Basílica de la Sagrada Sangre, que guarda la típica reliquia para que cada año desde 1291 se realice la consabida procesión popular. Por cierto, en su interior guarda una capilla románica del siglo XII.

Por ello se suele decir que esta plaza guarda ejemplos de un buen número de estilos artísticos, desde el románico de esta Basílica al gótico del Ayuntamiento, el renacentista de la Secretaría, el barroco en la prepositura cerca del arte contemporáneo de la futurista obra que sustituye a la catedral de San Donato.

IX. Molinos en la Muralla de la Ciudad

P1250076 Como suele pasar en los Países Bajos (véase, por ejemplo, http://isla-muir.blogspot.com/2010/04/leiden-el-molino-de-valk-y-mas.html), quedan muy pocos de los más de veinte molinos que circundaban Brujas en el siglo XVI. A finales del siglo XIX sólo quedaban dos en pie, los de la foto. El Molino de Sint-Janshuis, el Molino de San Juan, es el que mejor conservado está y se puede visitar.

Aquí se explica como, a pesar de que los molinos podían ser de titularidad pública o privada, las autoridades eran las propietarias del veinte que movía las aspas para moler el pan o el aceite. Así que cualquiera que quisiera disponer de un molino debía rendir cuentas al concejal de turno.

P1250079 Mientras tanto, el Ayuntamiento de Brujas está tratando de traer al casco urbano antiguos molinos de las cercanías que, una vez restaurados, podrán aportar al paisaje lo que éste perdió por la revolución industrial. Las vistas del atardecer desde los molinos son preciosas (a pesar de las grúas de construcción que afean el paisaje).

X. Steenstraat

Volvemos sobre nuestros pasos, recorriendo maravillosos canales, edificios medievales, casas con tejados en forma de escalera, colores variados que contrastan con el plúmbeo cielo.

P1250056 Nos llegamos hasta la Plaza del Mercado de nuevo, donde las palomas vuelan entre la gente mientras procedemos a tomar la calle Steenstraat, que nos depara algunas cosas más que interesantes. De hecho era la antigua sede de muchas de las casas gremiales de los artesanos de Brujas y esto queda patente casi desde el inicio de la calle.

P1250104 P1250099 El nº 5 es la Casa de Gapaerd. Como en aquella época las casas no tenían número, trataban de darles un nombre. Y por ello ésta es la casa del mirón, la Casa de Gaper (izquierda).

P1250107Y a partir de aquí comienzan a aparecer las casas gremiales: la de los albañiles en el nº 25 (de 1621, los ricos albañiles quisieron permanecer fieles al gótico en pleno renacimiento); la de los carpinteros en el nº 38 (de 1764, en piedra natural) o la de los zapateros en el nº 40 (de 1527, con la curiosa “bota coronada” –arriba- que da nombre a la casa y con uno de los hastiales escalonados de ladrillo  más altos de la ciudad, derecha).P1250108

Llegamos entonces a Simon Stevinplein, una plaza dedicada a uno de los científicos a los que todos deberíamos reconocer y que pasan desapercibidos salvo para los propios brujenses.

Con la cúpula de la Iglesia de Nuestra Señora como trasfondo, la efigie de Simon Stevin muestra al descubridor de la coma decimal. Nacido en 1548 en Brujas, Stevin fue uno de los grandes científicos y filósofos de Flandes, muy directamente afectado por las guerras de religión de la época entre España y Holanda.

Ingeniero, matemático, inventor y consejero de Mauricio de Nassau, Stevin fue el primero en decidir utilizar algo tan básico hoy en día como lo es la coma en la expresión decimal de los números. Ahí es nada.

Por cierto, que justo detrás de la plaza se toma un chocolate caliente realmente bueno (ellos mismos se autoproclaman como “el mejor chocolate de Brujas”). Se trata de The Old Chocolate House, (http://www.oldchocolatehouse.com/index.html) sita en Mariastraat, que sale de Simon Stevinplain  La verdad es que merece la pena.

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Después del chocolate caliente, volvemos a Steenstraat pues quedan un par de cosas por ver.

En primer lugar, la casa particular más antigua de la ciudad. Está en Zilverstraat, saliendo de Steenstraat. Perteneció a un tal Jean Vasquez y se construyó en 1468. Fue el secretario de Isabel de Portugal (no la nuestra, la esposa de Carlos V, sino la madre de Carlos el Temerario). El lema de Jean Vasquez sigue presente en la fachada desde hace más de 500 años: “¡A bon compte avenir!”, es decir, !El futuro es de los prudentes!.

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Y justo al lado se sitúa una de las iglesias más bonitas de la ciudad, la Catedral de San Salvador, fundada como parroquia allá por 850 dC y que ha sufrido numerosos cambios a lo largo del tiempo (calificándose como catedral desde que los franceses se deshicieron de San Donato).

XI. Cerveza, chocolate, patatas fritas, encajes

P1250095Allá por donde pases hay tiendas de chocolate. Y muy variados, desde bombones hasta rodajas de naranja y limón cubiertas de fino chocolate. Una delicia, vaya. Como también lo son las cervezas y para elegir una nada mejor que dirigirse a Bachus Cornelius, una de las tiendas mejor surtidas de ambas cosas (http://www.bacchuscornelius.com/), en Academiestraat, 17, donde nos hicimos con una de las típicas cervezas de la ciudad, la Brugge Cornelius Beer.

Y bastante cerca de esta tienda se sitúa el auténtico Museo de las Patatas Fritas, el Friet Museum de Brujas (www.frietmuseum.be/en/) que no pudimos visitar (había cerrado ya) pero que debe ser interesante y divertido.

Otra opción es hacerse con una muestra de encaje. A mediados del XIX la del encaje de bolillos era una próspera industria en Brujas. P1240951 Las encajeras trabajaban de sol a sol por un sueldo miserable en la vorágine de la revolución industrial. Hasta 92 escuelas de encaje se repartían por una ciudad que llegó a protagonizar una novela decimonónica “Brugge, la morte” que trataba de la ciudad decaída y triste del XIX.

El encaje ahora sirve para la venta en las numerosas tiendas de la ciudad y, aún a día de hoy, se ven numerosas casas en la ciudad cuyas ventanas están cubiertas con cortinas de encaje de bolillos. Una tradición basada en un trabajo duro y por el que las mujeres de la época podían llevar a casa un poco de dinero.

Bien, recorriendo Brujas uno no puede más que admirar como el empobrecimiento de una época llevó al enriquecimiento evidente de la actual, como la mortecina Brujas del pasado mejoró la vida de la Brujas presente.

Tanto, que hasta Immo Hopman, el oficial alemán al cargo de del ejército nazi que desocupaba los Países Bajos en retirada al final de la guerra mundial desobedeció las órdenes de destrucción de la ciudad que le dieron sus mandos. El comandante Hopman pensó que aquello era una locura, que Brujas era la ciudad más bella de toda la zona y que sus cañones no iban a dañar un enclave de tan poca importancia militar y tanta importancia histórica y artística.

Gracias, comandante Hopman.

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