21 de noviembre de 2010

8 apuntes sobre Siria

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1. Maalula

¿Por qué Maalula primero? Hombre, la verdad es que la vista es bonita, el pueblo está situado un la falda de una montaña y sus casas blancas contrastan con los edificios modernos que están construyendo y que perjudican el paisaje del que tratan de aprovecharse. Pero es que aquí todavía se habla una de las lenguas más antiguas y conocidas: el arameo del siglo I aC. Nos llevan a los turistas a Maalula para oír rezar en vivo y en directo un padre nuestro en uno de los monasterios más antiguos de Siria: el Monasterio de San Sergio.
En el vídeo, la chiquilla en realidad está hablando un dialecto del arameo. Los únicos lugares donde todavía se habla (no se escribe) son Maalula y dos pueblos de alrededor, Bakhaa y Yobadine. De hecho, Maalula es una palabra aramea que significa “entrada”.

Y lo saco a colación no sólo por lo bonito de sus calles o lo curioso que es oír hablara en una lengua prácticamente muerta sino porque pasear por Maalula da la oportunidad de ver una Siria un poco diferente a la que ves en Damasco o Aleppo, que al fin y al cabo son las ciudades más importantes del país. Por ello llaman la atención las gentes de la calle, las tiendas abarrotadas, los transportes sacados de una película casi irreal, las cuestas empinadas por donde circula nuestro autobús con otros vehículos en sentido contrario pero con un único carril…

P1220158 Pero está bien recorrer la Iglesia de San Sergio y San Baco y el Monasterio de Santa Tecla. Al fin y al cabo nos encontramos en iglesias construidas en el siglo IV ó V dC, con puertas y vigas que datan de mucho antes (de hecho, en el Museo tienda que hay al inicio, además de invitarte a un vinito te enseñan la antigua puerta de acceso al Monasterio).

Lo más interesante de San Sergio son los altares (únicos en el mundo pues tienen forma de altar pagano) y los iconos que guarda en su iglesia-cripta (en la foto, los del iconógrafo Miguel de Creta, de 1813, sobre fondo de oro; a la derecha, sin poder verse, un San Juan bautista con las piernas cruzadas y recostado transmitiendo satisfacción por el “trabajo” realizado.

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En Santa Tecla, a donde arribamos en medio de una concurrida misa (curioso, ver misas en países árabes) pudimos acceder a la cueva donde está enterrada presuntamente la tal Santa Tecla, que huyó de los romanos y la montaña se abrió para facilitarle la escapatoria". Curiosamente, la señora que guardaba la cueva donde se ubica nos echó la bronca por pasar, descalzos como te piden, pero con los zapatos en la mano¡¡ Para otra vez, los dejamos fuera.

2.Todo comienza aquí

P1230047Cuando te interesas por la arqueología en esta parte del mundo te das cuenta de que estás pisando en uno de los puntos calientes de la historia antigua.
Y en muchos de los textos (y en muchos de los museos, de las exposiciones, de los libros sobre el tema) se mencionan repetidamente los Tell, Al fin y al cabo se trata de colinas hechas por el hombre a lo largo de cientos de años.

Dice wikipedia: “Tell (plural: tells), también escrito como tall o tel, (en árabe تلّ, tall, y en hebreo תל, tel) es un término que significa "colina" o "montículo", que sirve para designar un yacimiento arqueológico con forma de montículo de tierra que es el resultado de la acumulación y la subsecuente erosión de materiales depositados por la ocupación humana de un lugar durante largos períodos”. y, de vez en cuando, nos llena de emoción divisar desde el autobús estas acumulaciones de arena que guardan el recuerdo de nuestro pasado y del que se extraen las maravillas que encontramos en los museos.

3.Transporte

P1230046En realidad, esta última entrada sobre Siria no es más que un relato de las anécdotas que se ven desde el autobús recorriendo un país tan fascinante. Tells, pueblos pequeños en faldas de montaña… y curiosos transportes que circulan por sus carreteras. Las carreteras en Siria, por cierto, son bastante buenas; al menos las que unen ciudades principales (no así las secundarias).En otra entrada ya he mencionado lo llamativo de las luces de colores que utilizan de noche los camiones y autobuses.

P1220166 Pero es que por el día, muchos autobuses interurbanos las gastan como el de la foto de aquí al lado.

En este viaje desgraciadamente no hemos tenido la oportunidad de utilizar trenes o barcos (hemos ido en un confortable autocar discrecional), pero sí de poder ver los medios que utiliza la gente normal para viajar (que simplemente les hace señas en medio de la calle para que paren). Y, desde luego, son para hacerles una foto.
P1230137 Supongo que visto desde nuestra perspectiva occidental, es fácil juzgar la situación. Los medios son lo que son, la economía y la sociedad permiten una forma de vida que, con suerte y menos fundamentalismo, irá a buen seguro a mejor en el futuro.

4. Siria desde el autobús

Quizá esto es lo más fascinante de todo. Leer sobre Siria (por ejemplo, las excelentes novelas de Rafik Schami, cuyo “Secreto del Calígrafo” me acompañó durante el viaje) recorriendo el país y utilizando la ventana del autocar como si de una pantalla se tratara.
P1220570 Una pantalla a una sociedad en la que niños y mayores te saludan al paso del autobús (sobre todo en aquellos pueblos más aislados del resto, como los del noreste del país).

Donde los carros de venta de frutas se paran en cualquier lado con clientes acercándose a por su parte. Donde gentes se afanan en trabajar en la construcción… posiblemente de sus propias casas, pues son muy pocos los que parecen estar involucrados en cada obra. Donde los chavales corren siguiendo el curso del autobús. Donde los cementerios se disponen en las afueras de los pueblos bajo el sol abrasador del verano.
P1220511Un país desértico, a pesar del azul casi incandescente del Éufrates, donde los dromedarios pastan tranquilamente entre las crasuláceas hojas de las Anabasis articulata, mientras el viento arrecia, levanta la arena y es aprovechado por alguna de las torretas que, casi sacadas de un western, aparecen de vez en cuando en el horizonte sirio.
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Ésta, en concreto, pertenece a un lugar encantador perdido en medio del desierto, el Bagdag Café, a medio camino entre Damasco y Palmira. En este café no sólo te puedes tomar un té, un café o una Mirinda de naranja (tengo obsesión por ellas) sino que puedes comprar libros, fósiles y recuerdos mientras te fumas un narguile viendo una reconstrucción de las antiguas casas de la zona, con forma de cono. Esta forma, antiguamente muy extendida en toda Siria, tiene una razón de ser: el inclemente sol del medio día incide directamente sobre lo alto de la estructura y su calor se reparte de forma difusa por el tejado, facilitando que el frescor interior permanezca. Todo un logro, este Bagdag Café, del que todo el mundo sale encantado.

5. Las norias de Hama

P1230167 Una parada imprescindible en este recorrido es Hama, una de las ciudades más conservadoras de Siria (de mayoría sunnita). La verdad es que el turismo suele pasar de largo por Hama, parando únicamente para poder ver de cerca las impresionantes norias de madera que se disponen sobre el río Orontes.
De hecho, mientras los chavales de Hama juegan en las norias a tirarse al río yo me acuerdo de la preciosa noria de madera construida por expertos sirios en el Parque Luis Buñuel de Zaragoza, el de la Expo, un parque precioso que cuenta con una noria calcada de las de Hama.

P1230170Durante la Edad Media llegaron a estar disponibles en Hama hasta 32 norias de madera, habiéndose reducido su número a la mitad. Cada una de las ruedas hidráulicas tiene su propio nombre.

Esta de arriba se llama Noria Jaabariya y tiene 18 metros de diámetro y está acompañada por otras norias más pequeñas (en este caso, la Noria Sahuniya). Casi todas las norias se construyeron entre los siglos XV y XVI, llevan cientos de años regando los campos de los alrededores de Hama e incluso algunas vierten agua en acueductos destinados al consumo humano.
La noria Jaabariya se puede ver desde un puente de piedra por el que circulan muchos coches en sentido único, pero la vista merece mucho la pena. La vista y el oído, pues el ruido que generan es importante. Justo al lado de la Jaabariya se sitúa la Mezquita An Nuri, erigida por el mismísimo Nur Ed Din en 1172 junto al río…

6. Islam y cristianismo

P1210951 Y sin embargo, no somos conscientes de haber visto demasiados alminares en los pueblos de Siria. Por supuesto, nos encontramos en un país árabe, una república de religión oficial islámica en la que esta religión no solo prevalece sobre las demás sino que se ha convertido en un argumento con el que defender la autenticidad de la sociedad siria frente a la recurrente occidentalización del país.
Por ello, y a pesar de los habituales comentarios referentes a que se trata de turistas de Arabia Saudí, cada vez es más habitual encontrar mujeres no ya cubiertas con pañuelo sino absolutamente cubiertas, de la cabeza a los pies, incluidas manos, cara y…ojos. 

Totalmente de negro, mujeres caminan ayudadas por otras las callejuelas de los zocos sin poder ver, pues una tela cubre sus ojos. Al lado hay mujeres en diferentes grados de islamización de la indumentaria femenina, lo cual puede llegar a ser aterrador. Ello no quiere decir que en Siria se puedan ver mujeres fumando narguile en los cafés y que el gobierno cuente con mujeres ministras, pero el peligro de alinear la religión con la política está muy presente. Y ese mal sueño puede convertirse en pesadilla en muchos lugares.



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Mientras tanto, disfrutamos de la auténtica belleza de las mezquitas de los Omeyas, de la cálida acogida de muchos musulmanes a los viajeros, de la educación y deseo de ayudar de muchas personas, de las francas sonrisas de la mayoría de tus interlocutores, de los saludos que siempre te dan.
Por otro lado, conviven en el país más de veinte grupos de musulmanes y cristianos (entiendo que muy pocos no creyentes) y el abanico de sus creencias es muy variado. Curiosamente algunos pueblos mantienen un elevado porcentaje de cristianos entre sus fieles.

7. Gobierno

P1220436 El efecto no es tan acusado como en otros países árabes como Jordania o Egipto, ni siquiera como en Turquía, que es una república laica. Aunque la bandera siria ondea en numerosos lugares, es mucho más frecuente la imagen del presidente Bashir Al Assad (muchas veces acompañado de su padre), reelegido con un 97% de los votos en 2007 en un proceso típicamente árabe.


Al Assad es el líder de su partido, que suele sacra la mayoría absoluta siempre; el resto de partidos han de pertenecer obligatoriamente al Frente Nacional Progresista, por lo que las posibilidades son casi siempre las mismas. Pero en la práctica da igual, se trata de regímenes de dictadura blanda gracias a los cuales estos países progresan económica y socialmente de una manera típicamente árabe. P1210771Como lo es ver la imagen del presidente, con sus limpios ojos azules y su serio semblante, en cualquier edificio público o privado. Ya podía tomar nota de su homólogo jordano, el rey Abdalá II, que al menos en las fotos casi siempre sonríe.

En cualquier caso, creo que hay que estar agradecidos a figuras como las de Bashir Al Assad o Abdullah II, que aún con sus tejemanejes propios, mantienen estados en vías de desarrollo y en permanente equilibrio con los sectores más radicales de la sociedad.
Una sociedad, por cierto, cambiante, que recoge algunos conceptos de occidente y los hace suyos, sin librarse del trasfondo real en el que viven.
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Véanse por ejemplo estos anuncios: frente al recién licenciado que se puede sacar de cualquier universidad americana al anuncio de esa televisión de plasma moderna y colorida de la que sale un cazador en busca de un puma (también americano).

En Occidente, al menos, el interés por el medio ambiente no admitiría, entiendo, una publicidad tan basada en un animal tan bello, la televisión saldría perdiendo. En Siria aún se vive en otra época, aunque con televisiones de plasma y universidades con birrete.

8. La comida siria

P1230191 P1230192 La gastronomía siria es una delicia, en serio. Múltiples pequeños platos con cosas variadas (casi siempre frías) suelen estar a disposición de comensal. Los más característicos son los Mezzes o entremeses, basados en un buen número de ensaladas, cremas y cosas para picar (regados con la típica cerveza siria Al Shark).

Lo que más llama la atención son las cremas y purés donde el Humus gana la partida, esta crema de garbanzos, aceite de oliva y ajo es superada sólo por la crema de berenjenas, yogur y aceite de sésamo (el mutabal), componentes ambos que aparecen regularmente en las ensaladas (la mejor, el babá gannuj, la ensalada de berenjena y tomate). Queso fresco, aceitunas, falafel y otras maravillas completaban los entremeses antes de pasar al plato principal.

P1220204 Invariablemente, pollo con arroz o bien cordero con arroz, carnes a la parrilla acompañadas del tradicional pan árabe redondo y fino. Me quedo con el Mensaf, un plato típicamente palmireño: el pollo con arroz, pero también con almendras y pistachos.

Y esto es parte de lo mejor que guardo de Siria, el delicioso sabor de un babá gannuj mientras desde la terraza del hotel veo anochecer en las maravillosas ruinas de Palmira, mientras familias sirias tocan un instrumento musical frente a un templo y el frío del desierto eriza nuestra piel: todos los sentidos enriquecidos, el gusto, la vista, el oído, el tacto. Siria es un festín para los sentidos y para el conocimiento.
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