El Dodo, la Vaca Marina de Steller, la Paloma Migratoria Americana, el Lobo de Tasmania... ejemplos clásicos y emblemáticos de especies extinguidas en los últimos siglos por el hombre.
En casi todos los casos, la historia de cada una de estas especies extintas se mezcla con leyendas o anécdotas. Más muerto que un dodo, dice el refrán inglés. Y con razón. De algunas de estas especies se guardan no sólo algunos restos perdidos en Museos; existen fotografías o incluso vídeos: sobre el Tilacino o lobo de Tasmania por ejemplo en Fogonazos (http://fogonazos.blogspot.com/2007/04/el-ltimo-tilacino.html). Para fotografías o dibujos, por ej. http://textosrobados.blogspot.com/2008/01/animales-que-fueron-extinguidos-por-el.html.
Pero no todos los animales extinguidos por el hombre lo han sido en los últimos siglos. Existen teorías bastante bien refutadas de la desaparición a gran escala de mamíferos gigantes americanos (como el Perezoso Gigante) influidas directamente por la aparición del ser humano. El gran pájaro Moa de Nueva Zelanda sería otro ejemplo.
Curiosamente, tenemos un ejemplo muy cerca que no se suele mencionar, incluso por parte de científicos o periodistas especializados españoles. Se trata de la Cabra-rata balear (Myotragus balearicus). Existen esqueletos completos de esta cabra que se extingúió pocos miles de años antes de nuestra era. Al menos uno en el Museo Arqueológico Nacional y otro, el de la foto adjunta, en el Museo de Mallorca.
Éste Museo mezcla lo antiguo con lo moderno, entiendo que debido a aportaciones puntuales de recursos económicos. Sin duda alguna, lo mejor del Museo son las figuras de guerreros Talayóticos en bronce, de gran tamaño y espléndidamente mostradas. Y sin embargo, de la Cabra balear casi no se hace mención, a pesar de ser un representante endémico de la fauna balear extinta.
Aprovechándome de Wikipedia, Myotragus balearicus (en griego, "cabra-rata de las Baleares") es una especie de la subfamilia Caprinae que habitaba en las islas de Mallorca y Menorca hasta su extinción hace unos 5000 años. Aunque siempre se la ha descrito como una extraña cabra, los últimos análisis genéticos realizados en la Universidad Pompeu Fabra indican que Myotragus estaba más estrechamente emparentado con las ovejas.
Esta pequeña cabra, de visión estereoscópica (ambos ojos miraban hacia delante) y eminentemente ramoneadora, campaba a sus anchas por las Islas, dado que aparentemente no contaba con depredadores de gran porte que las amenzaran (quizá algún ave de presa). De pequeño tamaño (sobre 50 centímetros como máximo), Myotragus compartió las Islas con otros mamíferos gigantes para lo que ahora conocemos: el lirón gigante Hypnomis y una musaraña gigante (Nesiotites). Se menciona también el conejo gigante menorquín, que desapareció durante el Mesiniense, cuando el Mediterráneo se secó y Myotragus accedió a esta isla.
Wikipedia lo cuenta de forma ejemplar: Los caracteres únicos de Myotragus balearicus son consecuencia de un prolongado proceso de evolución en condiciones de insularidad. En este tipo de aislamiento, los ungulados tienden a hacerse más pequeños (roedores y lagomorfos, por el contrario, aumentan de tamaño, como le ocurrió a Hypnomis, el lirón gigante que compartía hábitat con Myotragus) y perder facultades de reacción frente a unos depredadores que son escasos o simplemente no existen.
Un claro ejemplo de esto son la pérdida de capacidad para correr a gran velocidad de las patas, la visión estereoscópica (útil para calcular distancias, pero no para descubrir enemigos al acecho) y la reducción proporcional del cerebro.
Aún existe cierta controversia respecto de las caúsas últimas de extinción de la Cabra rata balear. La tésis antrópica es la que más adeptos tiene. Los primeros pobladores de las Islas Baleares serían los portadores de la cultura pre-talayótica (3000-1400 adC). En estas fechas se suele situar la extinción de la cabra balear y de los lirones y musarañas gigantes.
Los pre-talayoticos tenían una cultura neolítica, aunque seguían viviendo en cuevas. En éstas se han encontrado enormes cantidades de restos óseos de animales, especialmente Myotragus, con señales evidentes de haber sido descuartizados y consumidos por humanos. (ejemplos de ello, en la fotografía superior, restos de Myotragus hallados en Cuevas de la Cultura Pre-talayótica).
Hay indicios de que muchos de estas cabras fueron mantenidos en las cuevas cierto tiempo así como evidencias de recortes y cicatrizaciones en sus cuernos, lo que se relaciona con un intento de domesticación avocado al fracaso pues en las cuevas sólo hay restos de ejemplares adultos (no consiguieron su reproducción).
La caza abusiva, el fracaso de la domesticación y la introducción de otros animales domésticos como cabras y ovejas (competencia y aclaramiento de bosques para su alimentación) o perros y cerdos que las depredasen serían las causas que llevaron probablemente a esta cabra enana ramoneadora a la extinción.
Científicos de la Universidad de las Islas han llegado a la conclusión recientemente de que un cambio climático localizado en el ámbito meditaerráneo provocó el inicio del fin, siendo el hombre del neolítico quien dió la puntilla en sus últimos años a esta curiosa especie que viene a unirse al club de los perjudicados por la presencia del ser humano.