Esther Fuertes, una de las mejores profesoras de Botánica de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid denominaba "La Cunetalia" a la comunidad de plantas herbáceas que pueblan los bordes de caminos, los ambientes antropizados, las cunetas de las carreteras. Son plantas vivaces en su mayor parte, pero casi siempre se repiten las mismas especies: amapolas, margaritas, jaramagos, dientes de león... todas ellas plantas ruderales, de gran resistencia y versatilidad. No forman, como tal, una Comunidad Sociovegetal específica y de ahí la ironía de la definición de "Cunetalia".
Las plantas ruderales viven en medios con altos niveles de perturbación y están adaptadas a sufrir grandes cambios a lo largo de sus cortos ciclos vitales. Normalmente son especies colonizadoras que gastan mucha energía en la reproducción, para florecer durante un tiempo concreto y esparcir un gran número de semillas en varias tandas, si es que se puede, porque la tendencia es más bien hacia ciclos de vida anuales o de corta duración pero que permiten un rápido crecimiento vegetal (el proceso de maduración de las semillas también lo es).
El caso es que ya estamos en mayo, ha llovido un poco, y nos hemos dado un paseo por las cunetas buscando algunas de estas especies (o, más concretamente, sus flores). Curiosamente, no hemos encontrado a las estrellas de su Comunidad, las Amapolas. Pero sí otras muchas flores de herbáceas muy comunes y de bellos colores y formas.
Abren con su foto esta entrada los preciosos Botones de Oro (Ranunculus acris), uno de los ranúnculos más comunes, muy repartido por toda la Península, si bien suele estar asociado a cursos de agua o, al menos, a ambientes más bien húmedos. De acuerdo con su definición, en wikipedia, se trata de una planta herbácea perenne que alcanza 30-70 cm de altura, de raíz gruesa que anualmente emite varios tallos erectos y redondos. Las hojas son palmeadas y con fuertes divisiones, en su mayoría brotan directamente de la raíz. Las flores de color amarillo brillante tienen cuatro pétalos y gran cantidad de estambres. Curiosamente, gran parte de las especies de Ranunculos de flor amarilla son venenosas pues contienen una toxina irritante denominada protoanemonina.
También de un llamativo amarillo vivo es la flor del Diente de León (Taraxacum officinale). Se trata de una de esas plantas de distribución mundial, conocida por la mayor parte de la gente y asociada a juegos infantiles al soplar los niños sobre las plumosas formas de los frutos de la mala hierba y pedir un deseo.
Sus frutos son aquenios con vilano, globosas formas de ligera estructura en las que los frutos secos de esta asterácea (Compuesta) se acompañan por apéndices de pelos simples o plumosos que les facilitan su distribución anemócora, es decir, son diseminados por el aire ayudados por el viento.
Es una planta vivaz, anual y perenne, de roseta basal. Se encuentra fácilmente en los caminos, pastizales, prados y sobre todo en jardines, tanto que es considerada una mala hierba por los jardineros. El Diente de León pertenece a la Familia de las Asteráceas (Antes denominadas Compuestas o Compositae), una de las familias de angiospermas más próspera y ubiquista. Se caracterizan por sus inflorescencias: en realidad están formadas por numerosas flores diminutas que, en conjunto, dan el aspecto de flor normal. Al conjunto de pequeñas flores se le denomina capítulo.
En algunos casos, este capítulo de florecillas dimunutas está rodeado por otras flores liguladas (además de por las brácteas protectoras típicas de las Asteráceas) que ejercen el papel de pétalos. El caso más conocido es el de las Margaritas (Bellis perennis).
Al menos, una de las que se suelen denominar margaritas, si no la más frecuente. Bellis perennis es también una planta con roseta basal, perenne y anual (algunos autores la citan como bianual). Las lígulas son de un precioso blanco que contrasta con el amarillo de la inflorescencia en capítulo. Es bastante patente el color rosado que suelen adoptar las puntas de las lígulas blancas en lo que sería el envés. Habitual de prados, herbazales y cunetas, las margaritas son algunas de las flores más conocidas del planeta y de las más perseguidas por los jardineros e incluso por gobiernos como el alemán, que en 1793 las condenó a la desaparición por sus pretendidas propiedades abortivas.
Anagallis arvensis es una de esas plantitas encantadoras que también aparecen frecuentemente en jardines, cultivos y bordes de caminos. Es una Primulácea de flores diminutas de cinco pétalos soldados, de color azul, aunque no es difícil encontrar la variedad con flores anaranjadas. Uno de sus nombres vulgares más utilizados es el de Murajes.
Florece durante un buen número de meses provocando una sensación de colorido sólo equiparable a la de las amapolas, siempre y cuando aparezcan suficientes murajes en el horizonte. Resaltar dos curiosidades respecto de esta planta ruderal: Las flores azules contienen saponinas y las anaranjadas fitosterinas, compuestos que tienen virtudes medicinales como alivio de la tos y del dolor de garganta. Sin embargo, en dosis muy puras o superiores a 3 gramos pueden resultar fatales por el poder hemolítico de los murajes. La otra curiosidad, de acuerdo con wikipedia, es que es el emblema del héroe novelesco Pimpinela Escaralata.
Capsella bursa-pastoris es otra plantita de la Cunetalia. Se trata de una curiosa Crucífera llamada vulgarmente Zurrón de pastor, pan y quesito, bolsa de pastor...
Es inconfundible, pues su alta inflorescencia anual (se trata, como muchas otras ruderales, de un terófito) termina convirtiéndose en una escalera de frutitos en silicua de forma acorazonada que recordaban, en su momento, a los zurrones y bolsas de los pastores castellanos.
De nuevo cuenta con una roseta basal (los jardineros dicen que es una mala hierba agradecida pues se arranca fácilmente) y flores típicas de las crucíferas: pequeñas con 4 sépalos y 4 pétalos en cruz, en este caso de color blanco.
De acuerdo con wikipedia, "Comentando la materia médica del Dioscórides el doctor médico Andrea Mattioli da Siena en 1542 recomienda la Capsella bursa-pastoris "contra las hemorrágeas y pérdidas cuantiosas de sangre", En la antigua Castilla (España) se sabe de su utilización por las mujeres para cortar hemorrágias producidas por el ciclo menstrual."
Aún quedan otras cuantas plantas ruderales para comentar en la próxima parte de "La Cunetalia".