La publicación del nº 500 de Uncanny X-Men en Estados Unidos (una serie que, además, nunca ha sido renumerada) se ha visto acompañada de varias ediciones especiales, un poster book y hasta un Marvel Spotlight.
Para los lectores es motivo de alegría porque supone el apoyo a muchos años de lecturas agradables, apasionantes las más veces, decepcionantes muchas de ellas.
Todo depende del equipo de autores que le haya tocado en suerte. Durante muchos años, al frente de la serie estuvo Chris Claremont, guionista inglés verdadero padre fundador y creador de personajes, situaciones y argumentos que le han sobrevivido y que han marcado al resto de equipos de profesionales que han tomado las riendas de la serie (y de la franquicia). Más, me atrevería a decir, que las historias originales de Lee y Kirby.
Pero hubo un momento en que Chris Claremont tuvo que demostrar su valía: el momento en el que John Byrne decidió marcharse de Uncanny.
Finales de los 70 y principios de los 80: Chris Claremont con John Byrne, Dave Cockrum, Paul Smith y John Romita Jr.
Bueno, pues esta es la época que me tocó vivir y leer por primera vez. Byrne decide irse. Ha colaborado en casi todas las grandes aventuras de la patrulla desde su refundación, en argumento y dibujo, desde el Imperio Shi'ar a la historia de Proteo, de la Tierra Salvaje a la muerte de Fénix. Pero Byrne no se va por la puerta de atrás. Su testamento en la serie es una de esas historias que dejan huella, que amplían el horizonte de las historias en el futuro, son los Días del Futuro Pasado.
El concepto de los mundos paralelos ya había surgido en el mundo de los comics, pero nunca se había desarrollado de este modo. La recién llegada al grupo, Kitty Pryde, personaje clave en esta época y en tantas otras, recibe una visita inesperada de la Kate Pryde de un futuro apocalíptico donde los centinelas persiguen a los mutantes libres de los campos de concentración.
La portada del Uncanny X-Men nº 141, repetida hasta la saciedad, es definitiva. Un anciano Lobezno ayuda a Kate delante del cartel de bajas, están viviendo una época sacada del Berlín de postguerra, del fascismo que hubiera podido hacerse con el poder del siglo XX, con la obsesiva persecución de los nazis a los judios. Los mutantes son perseguidos y cazados (entre otros por otro personaje recién creado: Rachel Summers). Todo cambiaría si el asesinato del Senador Robert Kelly por Mística y su nueva Hermandad no llegara a tener lugar.
Y la Patrulla, ahora con la ayuda del Ángel, lo consigue. Pero no consigue evitar ese futuro que penderá sobre ellos como el destino aciago al que inevitablemente dirigen sus vidas.
Y así marcha John Byrne, dejando a los imposibles hombres-X en una encrucijada, sin Cíclope dirigiéndolos (marchó tras la muerte de Fénix), con Tormenta asumiendo un papel de líder que le viene como anillo al dedo y con una nueva incorporación que se gana a los lectores poco a poco.
Y "Demonio" (Uncanny #143).es la historia con la que John Byrne dice adiós a Uncanny, cediendo el protagonismo a Kitty Pryde en una historia de poderío femenino en la que se deja entrever la mano de Claremont. Kitty, perseguida en plena Navidad por un N'Garai destroza la Mansión pero salva su vida de un peligro seguro.
¿Conseguirá salvar Claremont la serie tras la marcha de su dibujante y argumentista estrella? Para ello recurre a un viejo conocido, recurre a Dave Cockrum, quien se presta a dibujar más números de una serie que ya ha alcanzado el nº 1 de ventas absolutas en USA.
Cockrum participa en historias diferentes pero con referencias continuas al entramado argumental ya creado en el pasado. Vuelve Garokk, vuelve Magneto, vuelve Arcade, vuelve el Club Fuego Infernal y hasta se deja pasar el Doctor Muerte por aquí. Es el momento de fijar conceptos, de convertir a los secundarios esporádicos en secundarios recurrentes, en hacer equipo, en crear afición.
Historias que trascienden el momento. Claremont trae el pasado de Xavier y Magneto a la palestra, muestra como Tormenta vence a la tentación de usar el poder gracias a la experiencia de Fénix, y envía a nuestros hombres-x al espacio es una historia inolvidable.
Pero antes, le concede a Cockrum un capricho encantador: el Cuento de Hadas de Kitty (Uncanny #153). Una narración en la que dibujante y guionista se divierten creando otro universo paralelo con representaciones bastante graciosas de los protagonistas.
Parte de los personajes aquí presentados tendrían continuación en una de las primeras series limitadas que se desarrollaron a partir de la serie principal. Cómo no, se trató de la serie limitada Nightcrawler (1984), el favorito del autor y mío propio.
Este pequeño cuento sirvió de antesala a una de las sagas más logradas de la historia de los mutantes, influenciada sin lugar a dudas por el reciente éxito de "Alien. El octavo pasajero" de Ridley Scott. Nuestros hombres-x se van al espacio de nuevo, a sufrir en la Saga del Nido.
Una especie extraterrestre, que vive en colonias cuales insectos construidas sobre enormes naves vivientes (tiburones estelares) parasitados hasta morir, con inteligencia y un aspecto realmente parecido al alien de la Nostromo. Se trata de una Saga con visitas a la Tierra de por medio que trae muy buenos recuerdos a los aficionados. Dave Cockrum se despide con una historia genial: Más allá de la última estrella (Uncanny #162).
En ésta, Lobezno huye en solitario por los restos de un tiburón estelar en estado de putrefacción siendo perseguido por varios individuos del Nido. No acaba ahí la cosa: acaba de resistirse a ser transformado en una criatura del Nido, sus poderes regenerativos lo han impedido... pero se da cuenta que no va a pasar lo mismo con sus compañeros.
Así que decide algo, que va ser duro y difícil: matará al resto de hombres-x antes de que se conviertan en una pesadilla real.
Dave Cockrum dice adiós a la serie que contribuyó a cimentar en esta impresionante historia, en la que cede el testigo a un dibujante nuevo y que va a dar, en los pocos números en los que se dejará ver, una época de gloria en Uncanny X-Men: Paul Smith.
Smith es quien finaliza la Saga del Nido. Realiza unos números espectaculares, de trazo fino, dibujando una Kitty Pryde inolvidable y unas escenas a mantener en la retina.
La lucha contra El Nido es dura, los hombres-x consiguen salvarse del huevo que llevan dentro llevando a cabo una gran batalla interior y exterior. De vuelta en la Tierra, han de enfrentarse al último poseedor del huevo, al mismísimo Profesor Xavier, que se transforma en una Reina Nido. (Uncanny #167).
Cómo recuperarle y cómo restaurar su cuerpo va más allá de esta entrada, pero Paul Smith hace un trabajo sensacional, limpio y conciso, pero ya quisieran otros autores llegar a su maestría. Por cierto, que en este número se presentan los Nuevos Mutantes (The New Mutants), quienes ya contaban con serie propia desde hacía pocos meses. Se trataba del primer spin-off oficial de Uncanny X-Men y una serie llevada en sus inicios por Claremont y el histórico John Buscema.
Mientras todo esto ocurría nuevas tramas se han abierto en la serie: ha aparecido Pícara, ejerciendo su papel inicial de villana, Illyana Rasputin ha sido secuestrada por Belasco, Señor del Limbo, y transformada en una adolescente de múltiples matices, Drácula ha hecho su aparición por la serie marcando la vida de Tormenta...
Y como colofón, Paul Smith dibuja el final de la Saga del Nido, la aparición de los morlocks, el famoso ´"El profesor Xavier es un idiota", la reaparición de Mente Maestra, la sorpresiva presencia de Maddelyne Pryor, el futuro clon de Jean Grey, el cambio radical de Tormenta con su corte de pelo Mohawk...
Y la historia de la fallida boda de Logan con Mariko Yashida. Mente Maestra se venga de varias formas del estado en el que le dejó Jean Grey al final de la Saga de Fénix Oscura: casi vuelve loca a Maddelyne Prior y a Cíclope, e invalida la boda de Lobezno con Mariko haciendo que ésta le desprecie en el altar.
La historia viene de una de las series limitadas más impresionantes de la historia de los hombres-x. De vuelta en coche de una Convención, Claremont y el maestro Frank Miller planificaron una serie de Lobezno, Honor, en la que se profundizaba en su pasado en Japón y en su imagen de Samurai sin señor.
La continuación directa de aquella Limited, cuya última viñeta homenajeaba el Uncanny #172 es esta etapa de la serie principal, que tiene a la recién llegada al grupo Pícara, como co-protagonista que ha de demostrar su intención redentora desde su incorporación al grupo en un número dibujado por Walt Simonson. Uncanny # 173 es una muestra de la genialidad del tándem Claremont/Smith. Pícara se convertirá en un puntal de los X-Men, protagonista incluso de la primera película de los mismos.
Paul Smith dibuja parte del Uncanny #175 como despedida de la serie, siendo sustituido por un joven John Romita Jr. que trata desde el principio de dar su propio estilo a la serie, ya desde el momento de la boda de Scott Summers y Maddelyne Pryor.
Al principio, posiblemente debido al entintado de Bob Waieck, su estilo parece forzado, falto de dinamismo, pero la cosa mejora cuando le toca a Dan Green entintar sus lápices.
La cosa comienza fuerte, con la Hermandad de mutantes de Mística atacando por todo lo alto y Kitty Pryde cumpliendo con una antigua promesa hecha a Calibán que le traerá muchos problemas (Uncanny #179).
Entre tanto, a nuestros chicos los mandan a las Secret Wars, momento del que vuelven haciendo presencia en Japón junto a la novia de Lockheed, el dragón mascota que Kitty se trajo de Mundo-Nido, convertida en una especie de Godzilla.
En estos momentos aparecen muchas más series limitadas: destaca la de Lobezno y Kitty Pryde, de Claremont y Milgrom, que huye al Japón tras dejarla Coloso en una historia fundamental del cosmos mutante; la de Magik, que profundiza en las aventuras de Illyana Rasputin en el limbo; X-Men vs Micronautas; o la de Rondador Nocturno, obra de Dave Cockrum.
Pero mientras tanto, en la serie principal ha ocurrido un hecho importante: Tormenta ha perdido sus poderes, en lugar de Pícara, a quien iba dirigido el rayo culpable desde las manos de Forja, un interesante personaje introducido por Claremont.
Y para ilustrar el estado de ánimo de Ororo se cuenta con Barry Windsor Smith, que hace Muerte-Vida, (Uncanny #186) una historia de amor difícil de olvidar.
La obra de Windsor-Smith es preciosista, calculada, emotiva: trasciende el papel. Claremont se inventa una historia de amor dañada desde el inicio, compleja, marca de fábrica.
Tormenta dejará el grupo, buscará sus orígenes en África, donde vivirá una segunda parte de esta historia. Mientras tanto, a sus compañeros les toca vivir la amenaza de Nimrod, centinela del futuro, del mago de Red Sonja Kulan Gath, que transforma Nueva York en un lugar de magia y hechicería, las implicaciones de la segunda parte de las Secret Wars, la aparición de Rachel Summers en este tiempo y su inclusión en la patrulla... vienen tiempos oscuros.
Pero antes hemos tenido la oportunidad de vivir acontecimientos fundamentales. Primero, la serie limitada X-Men vs Alpha Flight, en la que Paul Smith nos regala una historia a incluir entre las mejores. Quizá la mejor historia de todo el canon sea la novela gráfica "Dios ama, el hombre mata" de Claremont y Brent Anderson.
O las guerras asgardianas, compartidas por la serie limitada de Alpha Flight, una edición preciosista de New Mutants el Annual 9 de Uncanny X-Men. En ambos casos, un dibujante debutante, Arthur Adams, deja maravillado al público. El guión de Claremont está a la altura. Ésta, junto a "Dios ama...", es mi historia favorita de todas las de los Hombres-X.
Loki, el hermanastro de Thor y Dios de las Mentiras ofrece en la serie limitada un regalo condicionado a los dos grupos: poderes para todos a cambio de la pérdida de la imaginación. Después de la discusión, devuelven los dones y Loki decide vengarse obligado a través de terceros: los nuevos mutantes y Tormenta. Una saga épica y emocionante.
De vuelta al mundo real, dan con sus huesos en París a tiempo para el juicio de Magneto, quien, desde las Secret Wars viene transformando su discurso y finaliza, con la desaparición de un Xavier enfermo en el espacio con Lilandra y los Saqueadores Estelares, liderando la Escuela Xavier.
No es mal inicio para la serie a partir de su número 200. Sin embargo, las sorpresas no acaban ahí. En Uncanny #201, un dibujante invitado que pronto se hará recurrente en la serie, Rick Leonardi, nos trae el relato de la pérdida de liderazgo por parte de Cíclope a favor de una Tormenta sin poderes pero mejor preparada. Lo cual deja el camino abierto para que Scott Summers, casado con Madelyne y con un hijo recién nacido (el futuro Cable) se prepare para formar parte de la nueva serie "X-Factor" que reúne a los miembros originales de los hombres-X, pero esa es otra historia.
Con Rachel herida por Lobezno al intentar evitar el asesinato de la Reina Negra del Club Fuego Infernal, la vampira Selene, comienza una aventura que finalizará cambiando la serie principal de los mutantes. Los hombres-x se ven obligados a aliarse con sus antiguos enemigos del Club Fuego Infernal para combatir a Nimrod, cada vez con más poder.
Mientras tanto, en los túneles morlock comienza una matanza perpetrada por un nuevo y misterioso grupo, los merodeadores, que no se detendrán ante nada.
Se trata de la "Masacre Mutante", el primer gran crossover de los X-Men, que da comienzo en el número 210 de Uncanny, momento aprovechado por John Romita Jr. para decir adiós a una más de las series en las que este ubicuo autor de calidad ha participado.
Volverá mucho más adelante, con un estilo similar pero más esquemático. Sin embargo en esta ocasión no estará acompañado del mismo guionista, un Chris Claremont que, con la Masacre Mutante planta las semillas para lo que acontecerá en el futuro próximo: los crossover entre series, las grandes sagas en las que participan diferentes series más o menos relacionadas.
Ésta fue la primera.