19 de septiembre de 2007

La danza de las libélulas

Acaba el verano, pero todavia se pueden observar libélulas en algunas charcas y remansos de ríos que ni la evaporación y ni las altas temperaturas han logrado hacer desaparecer. Y curiosamente, algunas de estas libélulas están enfrascadas en plena actividad reproductiva, lo que aumenta su interés.


Las libélulas me han apasionado siempre. De niño, capturaba sus larvas para intentar verlas surgir de sus cuerpos gastados y asistir a un momento único en el mundo natural. Más tarde, me aficioné a realizarles fotos en momentos de cierta dificultad, en particular, cuando realizan la "rueda de apareamiento".


Estos últimos días, en uno de esos pocos charcos de agua que quedan en La Mancha tras el mes de agosto, pude asistir a una verdadera reunión de libélulas de diferentes especies. Y muchas de ellas estaban en la fase anterior a la famosa rueda (pudiera ser también la posterior). Estaban en "posición en tandem", el macho agarraba a la hembra por el cuello con las abrazaderas que tienen en alguno de los últimos segmentos de su cuerpo.


Esta danza tan especial forma parte del ciclo vital de las libélulas y es un espectáculo. Al menos, para todos aquellos que se emocionen con lo que la naturaleza muestra.


Las libélulas son insectos depredadores con una habilidad ciertamente sorprendente para realizar vuelos rápidos y ágiles, siendo capaces incluso de volar hacia atrás. Sus cuatro alas están separadas, lo que facilita la rapidez de vuelo y la maniobrabilidad de las libelulas en el aire.


Están especializadas en la caza de otros insectos. Algunas se posan como aves de presa en juncos o piedras y esperan a que aparezca una mosca despistada. Otras vuelan contínuamente persiguiendo presas a una velocidad fuera de lo normal.

Las libélulas pertenecen al Orden de los Odonatos y se pueden diferenciar dos tipos incluso a simple vista. Uno son las libélulas verdaderas, los anisópteros. Éstos suelen ser insectos de gran porte, con ojos grandes que llegan incluso a tocarse en la parte posterior de la cabeza.

Sus alas, de diferente tamaño (por eso se llaman anisópteros), suelen estar siempre extendidas aún cuando están en reposo. Estas libélulas suelen cazar de dos formas diferentes. Bien desde posaderos de caza habituales (serían las libélulas "flecha") o bien actuando con algunas aves de presa, manteniéndose en el aire durante largos periodos, volando hacia arriba y abajo o persiguiendo las presas a gran velocidad (serían las libélulas "cernícalo").

El otro tipo de libélulas son las del SubOrden Zygoptera, los conocidos Caballitos del Diablo. Estas libelulas son más pequeñas y sus cuerpos mucho más finos.

Sus ojos están bien separados y sus alas, iguales entre si, suelen estar plegadas cuando se encuentran en reposo. Su vuelo es más débil y pausado y su aspecto general más esbelto y delicado que el de sus primas más grandes.

En lo que coinciden ambos tipos de libélulas en en su ciclo vital, de lo más curioso. Consta de dos fases bien diferenciadas, aunque sólo sea por el medio preferente en el que habita cada una de ellas, el agua y el aire, respectivamente.

En la primera, una ninfa pasa unos cuantos meses en el agua alimentándose de crustáceos, insectos y gusanos. Una pieza que tienen plegada debajo de la cabeza, el Labio o Máscara, les sirve para agarrar las presas. Al final del abdomen suelen tener tres pequeños picos que sobresalen.

Los caballitos del diablo pasan un año en su fase de ninfa acuática. Los anisópteros son más sufridos, pues algunas de sus especies pueden requerir hasta 5 cinco años en esta fase (sobre todo en áreas frías). Algunas larvas son asombrosamente grandes, como la de la Libélula Emperador.

Llegado el momento, la larva asciende por un junco o una rama y la libélula adulta surge dejando una cutícula ninfal fantasmagórica. Es muy habitual encontrar estas cáscaras de larva ancladas aún a las hojas de junco que les sirvieron de camino hacia tierra firme.

La clasificación de las libélulas suele basarse en la venación de sus alas siendo interesante la aparición, al final del ala anterior del pterostigma, una mancha alar que también sirve para estos fines.

El caso es que estos últimos días de verano me pasé por el Ojailén, riachuelo manchego muy estacional, donde un buen número de libélulas sobrevolaban las pocas manchas de agua que le quedaban.

La mayoría eran anisópteros, si bien algún caballito del diablo del Género Coneagrion (en la foto superior) se posaba en las ramas que surgían del agua.

Entre los anisópteros eran mayoría las libélulas de las especies Crocthemis erythraea (la libélula posada roja de la foto superior), Orthetrum sp. (la libélula azul de la foto de aquí al lado) y Sympetrum sp, precisamente las que estaban en pleno proceso reproductivo. Todas ellas pertenecen a la Familia Libellulidae, una amplia familia de libélulas "flecha" que se posan a menudo sobre ramas o piedras para descansar el cuerpo de forma horizontal. En días calurosos, como el de la visita, pueden mantener las alas bajas para dar sombra al tórax (como la Crocthemis de más arriba).

De vez en cuando, por la charca aparecía la Libélula Emperador (Anax imperator). Se trata de una libélula de la Familia Aeshnidae, libélulas "cernícalo" muy grandes cuya rapidez impidió, en las repetidas ocasiones que lo intenté, hacerle una foto en condiciones.

Más suerte tuve hace unos años, cuando pude hacer fotos a una hembra que disponía sus huevos en el fango sumergiendo la parte posterior de su enorme abdomen.

Sin embargo, las más conspicuas entre las libélulas de la charca estival eran las del género Sympetrum, la mayor parte de ellas volando en la posición "en tandem".

Las libélulas tienen al final de su abdomen unas estructuras (cuya longitud y tamaño dependen de cada especie) vulgarmente llamadas abrazaderas. Cuando llega el momento del apareamiento, el macho traslada su esperma de su zona genital a una zona genital accesoria donde los guarda temporalmente.

Una vez elegida la hembra, la agarra por la parte posterior de la cabeza con las abrazaderas, de forma que se mantienen volando en tándem largo tiempo. En un momento dado, la pareja se posa y la hembra curva el extremo de su abdomen para recoger el esperma dispuesto en la zona genital accesoria del macho. Es lo que se llama "rueda de apareamiento". Una vez finalizada la transferencia del esperma, la pareja puede separarse o mantenerse unida en tándem más tiempo, incluso hasta que ponen los huevos.

En ocasiones, los huevos se ponen en el cieno del fondo de las charcas. En otros casos, sobre hojas de la vegetación de ribera. Sympetrum es un género muy extendido en la península ibérica. Muchas de sus especies son migradoras, siendo las hembras de diferente color que los machos, que suelen vestir una tonalidad rojiza no metálica muy llamativa.

A ver si hay suerte en el futuro y puedo ampliar algo más de la vida de las libélulas, fascinante y emocionante a partes iguales para todos aquellos que amamos el medio natural. Incluso aquel que se encuentra a las altas temperaturas de final de verano en La Mancha.