La estatua de Rembrandt que se levanta en la gran plaza Rembrandtplein, gran centro de la vida nocturna de Ámsterdam, tiene la mirada puesta en el antiguo barrio judío, donde vivió hasta que se arruinó y hubo de cambiar de casa. Aquella ruina se convirtió, años después, en el mejor de los tesoros: el inventario que se hizo en 1658, cuando se vio obligado a dejarlo todo, ha permitido restaurar hasta el más mínimo detalle su antigua casa de Jodenbreestraat, 4-6, muy cercana a la Sinagoga portuguesa y al Hortus Botanicus.
Aquel inventario nos permite descubrir a un Rembrandt derrochador, coleccionista, culto, trabajador e íntimo. La vista al Museum Het Rembrandthuis (http://www.rembrandthuis.nl/)no sólo facilita la recreación de la vida de Rembrandt sino que permite ver algunos de sus afamados grabados y nos facilita hacer un viaje en el tiempo hasta el Siglo de Oro, el siglo XVII en el que Rembrandt vivió y en el que Rembrandt habitó en la ciudad que se convertiría en protagonista indiscutible de esa época.
Cuando Rembrandt llegó desde su natal Leiden (en un par de entradas, aquí) ya era considerado uno de los pintores y grabadores más importantes de su época. Especializado en retratos y escenas bíblicas se construyó una fama no sólo de pintor sino de hombre de negocios y tratante de arte, amén de coleccionista de gusto.
Su casa da fe de todo ello. Desde el descansillo en el que esperaban los visitantes (con las paredes cubiertas de cuadros a la venta y con muebles de precios considerables) hasta las habitaciones, con arcones-cama de los que se llevaban en la época.
En aquel momento la gente solía dormir recostada para evitar una supuesta afluencia de sangre al cerebro y Rembrandt y Saskia, su mujer, no eran menos. Al fin y al cabo, aunque gastasen mucho (gastos iguales a ingresos) su posición era acomodada. La familia de Rembrandt era adinerada, así como la de Saskia, la hija del marchante de arte que le acogió a su llegada desde Leiden.
¿Y en qué gastaba su dinero Rembrandt? La visita a su Sala de Antigüedades y curiosidades es un verdadero placer. Un buen número de estanterías recorre sus paredes y en ellas bustos de emperadores romanos, armas exóticas, animales disecados, colecciones de conchas, cristales venecianos, globos terráqueos… era la época de los descubrimientos, el renacimiento del artes. Y Rembrandt también coleccionaba arte.
De hecho, hasta pujaba en ocasiones por sus propias obras y grabados, pero aún así, tenía más de 8000 dibujos y obras de arte. Era un coleccionista impenitente.
La Rembrandthuis también guarda una de las mejores colecciones de grabados de Rembrandt del mundo; pues bien, uno de los más llamativos es el grabado de un Cono marmóreo (Conus marmoreus) basado posiblemente en una de las conchas de su propia colección.Colección que, por cierto, cuando vendió para salir de la ruina no le aportó demasiados beneficios (tal y como me repite Laura siempre a mí mismo).
La recreación del Estudio del Pintor es otro de los puntos fuertes de la visita.Es la habitación más grande de la casa, allá donde pintó sus obras entre 1638 y 1659 (entre ellos muchos de sus autorretratos o Los síndicos de los pañeros, que está en el Rijsmuseum). Armaduras, armas de guerra, moldes de yeso, escuadras, calaveras y otros objetos decoraban las estanterías de sus paredes mientras sus asistentes preparaban el lienzo, las pinturas y el resto de parafernalia.
La luz entraba por unos grandes ventanales. La disposición del caballete y el resto de cosas responde a un dibujo realizado por el propio artista.
Pero no sólo salían pinturas de este obrador de arte (que, en el futuro se convertiría en tienda de arte con Rembrandt de asalariado para evitar una legislación que trataba de corregir situaciones de ruina como la que él había vivido); los grabados que se pueden ver en Rembrandthuis son muy llamativos, casi tanto como ver hacerlos en vivo y en directo por una experta en el tema.
Experta que, por cierto, conocía algunas palabras en castellano que iba intercalando entre su explicación (en inglés). Al lado de su habitación, Rembrandt guardaba una sala para los grabados que incluía una gran prensa de madera de roble y espacio suficiente para tender los grabados recién prensados hasta que estuvieran secos.
Salimos muy satisfechos de la Rembrandthuis y con ganas de saber más cosas del famoso pintor holandés. Si nuestros pasos se dirigen hacia la OudeKerk, en pleno Centrum, nos daremos de bruces no sólo con la iglesia más antigua en pie de Ámsterdam (siglo XIV) sino con el lugar donde tuvieron que ir Rembrandt, Saskia y todos los testigos a dar fe de su próximo matrimonio.
De la página de la Oude Kerk (http://www.oudekerk.nl/infosp.htm): Después de 1578, los "comisarios de asuntos matrimoniales" se encargaron de la inscripción de los matrimonios, después de lo cual podía hacerse el anuncio desde el púlpito de la iglesia o en la fachada del ayuntamiento. Los novios debían presentarse con sus testigos en la sacristía de la Iglesia Vieja, lugar donde celebraban audiencia los comisarios de asuntos matrimoniales. (….) La puerta de la sacristía de la Iglesia Vieja era de color rojo. De ahí proviene la expresión holandesa pasar por la puerta roja para las bodas. Encima de la puerta puede leerse la expresión: “Het is haast getrouwd, dat lange rouwt”, que significa: "Casamiento con prisas, pena para siempre".
El 10 de junio de 1634, Rembrandt pasó por la puerta roja y se unió a los comisarios de asuntos matrimoniales con el primo amsterdamés de Saskia, el pastor protestante Jan Cornelis van Uylenburgh, que actuaba frente a los comisarios en nombre de Saskia. Una vez completadas las formalidades y hecho el anuncio, se les concedió permiso para casarse en Frisia. El 22 de junio de 1634, Rembrandt contrajo matrimonio con Saskia en el pueblo frisón de Sint Annaparochie, del cual era alcalde el padre de Saskia.
Ocho años más tarde, en 1642, el año en que Rembrandt concluyó la Ronda de Noche, Saskia cayó enferma y murió el 14 de junio. Fue enterrada en la Iglesia Vieja, en la Capilla de los Mercaderes de Trigo (Weitkoperskapel).”
Pero son sin duda las representaciones de los llamados misericordes del Coro las que se convierten en inolvidables en la visita a la Oude Kerk. De acuerdo con la información aportada en la propia iglesia: La Iglesia Vieja tiene bancos en el coro, pero no tiene capítulo. No se sabe quién fabricó los bancos del coro, aunque probablemente sería algún escultor amsterdamés. Las ropas de las figuras de los misericordes se adaptan a la moda de 1480 y podemos asumir que ese es el periodo en que fueron construidos los bancos. La rebelión iconoclasta que sufrió la Iglesia Vieja el 26 de septiembre de 1566 no afectó a los misericordes. Faltan las señales características, como la mutilación de manos y rostros. En los misericordes, puede verse el colorido patrón del diseño. Las representaciones son puramente decorativas o representan escenas de la vida cotidiana. Especialmente intensa es la representación que tienen los proverbios: se representa uno de ellos en aproximadamente un tercio de los misericordes originales.
Hay que navegar cuando sopla el viento: las cosas son más fáciles cuando se cuenta con ayuda.
Dos necios bajo un solo tejado: dos personas están en todo de acuerdo, sobre todo en lo equivocado.
‘Bostezar como un horno abierto’ o ‘debe abrir mucho la boca el que quiere que su bostezo iguale a un horno abierto’: No puede abrirse la boca tanto como un horno, así que no hay que probar conseguir algo imposible.
‘De una cuerda débil se tira con suavidad’: ‘si estiras con demasiada fuerza, la cuerda se rompe’ ‘El dinero no cae por la chimenea’: ‘el dinero no crece en los árboles’
La visita a la Oude Kerk, con su gran órgano y los restos de pinturas en los techos (los que sobrevivieron a los iconoclastas al modo de las mezquitas estambuliotas) resulta imprescindible. Sin embargo, no todas las iglesias son tan sencillas de visitar. Precisamente, cuando Rembrandt falleció, el 4 de octubre de 1669, fue enterrado (4 días después)en la Iglesia del Oeste (Westerkerk). Su horario de visita imposibilita acceder a ella (al menos, Rembrandt fue inhumado en una lápida alquilada sin nombre, mal acabó la cosa para el maestro). La que sí se puede ver es la de su único hijo, Titus (que murió un año antes que el padre).
La torre de la Werterkerk está adornada con la corona imperial de Maximiliano de Austria, (donada en agradecimiento por la ayuda otorgada por la ciudad de Ámsterdam a los monarcas austríacos-borgoñones), muy llamativa y colorida.
Con su muerte, Rembrandt dejaba atrás una fama imperecedera, la maestría en el uso de la luz en la pintura, en las decenas de autorretratos, en sus escenas bíblicas y en los paisajes desenfadados.
Algunas de esas obras maestras se exhiben en el Museo más famoso de la ciudad, el Rijsmuseum (entre ellas La Ronda de Noche), motivo principal de la próxima entrada de este blog.