La enfermedad del erizo tambaleante
Siendo el Erizo europeo (Erinaceus europeaeus) un mamífero predominantemente nocturno, nos sorprendió mucho encontrar una cría de erizo de poco más de un año vagar cerca de nuestra casa. Desde el principio notamos que se comportaba de forma extraña.
Sí que se hacía una bola cuando le cogíamos, pero parecía demasiado atontado o despistado. Llegada la noche, comenzó a andar por nuestro jardín supongo que buscando invertebrados con los que cenar (representan más del 50% de su dieta) pero a la mañana siguiente lo encontramos dormido en la toma de agua, donde había caído. Sospechando una posible enfermedad, investigamos en internet y encontramos algo muy curioso: la enfermedad del erizo tambaleante.
En otras partes del mundo los erizos son animales de compañía como los gatos o los perros. Hay múltiples recomendaciones en páginas especializadas sobre el trato a los erizos. Como siempre, hay mucho copia y pega entre webs, particularmente en el caso de las enfermedades de los erizos. Curiosamente, uno de los síntomas que obligan a llevar al veterinario a un erizo es cuando éste ande tambaleándose. Recién despertado, nuestro pequeño erizo caminaba como atolondrado, pudiendo cumplir dicho alarmante diagnóstico.
Al día siguiente apareció muerto. Pudiera haber sufrido esta enfermedad, que viene a ser como la esclerosis múltiple humana. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que paraliza gradualmente los miembros de los erizos hasta acabar con ellos. En ingles, sus siglas son SHW (Wobbly Hedgehog Syndrome) y hay páginas web dedicadas expresamente a la enfermedad. En una de ellas, www.angelfire.com/wa2/comemeetmyfamily/wobblyhs1.html, se recogen recomendaciones y ánimo a los propietarios de erizos enfermos.
En líneas generales, los erizos no se suelen ver amenazados por el hombre salvo en dos ocasiones. En primer lugar, como víctimas de atropellamientos. Es muy habitual encontrar cadáveres de erizos en las cunetas de las carreteras, habiéndose encontrado 1,7 erizos por kilómetro cuadrado en provincias como León. El número de individuos atropellados suele servir como índice de abundancia relativa, pero hay que tomarlo con prudencia.
En segundo lugar, y a una escala mucho mayor, como víctimas del cambio climático en el que el hombre tiene una más que posible incidencia directa. Este invierno saltó la noticia a algunos medios de prensa: la falsa primavera que se estaba estaba viviendo en muchos sitios del planeta (a nosotros nos pilló en Cornalvo) afectó profundamente a poblaciones de osos, tejones o erizos en Rusia, que despertaron de su letargo invernal (los erizos suelen hibernar desde noviembre a marzo) para no encontrar el alimento necesario para sobrevivir. Los osos son capaces de volver a su sueño reparador; no así los erizos, cuya incapacidad para volver a hibernar causó una gran mortandad de éstos en Rusia cuando volvieron las bajísimas temperaturas características de la zona.
Hemos vuelvo a ver erizos cerca de casa, algunos de gran porte posiblemente en busca de babosas o grillos. Hay quien les persegue por consumir ensu dieta huevos de aves de interés cinegético, pero no es lo habitual. Los erizos tienen la suerte de resultar simpáticos y entrañables. Para bien.